Mike Uretsky. Soy Mike Uretsky. Estoy en la Escuela
Empresarial Stern. También soy uno de los codirectores del Centro de
Tecnologías Avanzadas. Os doy la bienvenida en nombre de toda la gente del
Departamento de Ciencia Informática. Quería comentar algo antes de pasarle la
palabra a Ed que va a presentar al conferenciante.
El papel de la Universidad es el de un lugar donde se fomenta el debate y se
tienen interesantes discusiones. Y el papel de una Universidad avanzada es
tener discusiones especialmente interesantes. Esta exposición en concreto,
este seminario entra dentro de ese modelo. Encuentro particularmente
interesante la discusión sobre el open source. En cierto
sentido... [Risas del público]
Richard M. Stallman. Yo hago software libre. El
open source es un movimiento diferente. [Risas del público y
aplausos]
Mike Uretsky. Cuando entré en el sector por primera
vez en la década de 1960, el software era esencialmente libre. Hemos pasado
por ciclos. Era libre, y después los fabricantes de software, apremiados por
la necesidad de expandir sus mercados, lo empujaron hacia otras direcciones.
Muchos de los desarrollos que tuvieron lugar con la llegada del PC se
desplazaron exactamente con la misma secuencia cíclica.
Un filósofo francés muy interesante, Pierre Levy, habla sobre un
desplazamiento en esta dirección y sobre la entrada en el ciberespacio como
algo no sólo relacionado con la tecnología sino con la reestructuración
social, la reestructuración política, a través de la transformación de los
modos de relación que mejorarán el bienestar de la humanidad. Esperamos que
este debate sea un nuevo movimiento en esa dirección, que este debate sea algo
que atraviese muchas de las disciplinas que normalmente funcionan como
compartimentos estancos dentro de la Universidad. Esperamos asistir a una
discusión interesante. Ed, cuando quieras...
Ed Schonberg. Soy Ed Schonberg, del Departamento de
Ciencia Informática del Instituto Courant. Permitidme daros la bienvenida a
este evento. Los presentadores son normalmente un aspecto particularmente
inútil en las exposiciones públicas, pero en este caso, en realidad, han
servido para un propósito útil, como Mike ha demostrado fácilmente, dado que,
por ejemplo, un presentador puede permitir con sus comentarios inexactos, que
el conferenciante ponga orden, corrija y afine considerablemente los
parámetros del debate. [Risas del público]
Así, permitidme hacer una presentación lo más breve posible de alguien que no
la necesita. Richard es el ejemplo perfecto de alguien que, actuando
localmente, empezó a pensar globalmente a raíz de los problemas de
inaccesibilidad al código fuente de los drivers de impresora en el laboratorio
de inteligencia artificial del MIT, hace muchos años. Ha desarrollado una
filosofía coherente que nos ha obligado a todos a replantearnos nuestras ideas
sobre cómo se produce software, sobre qué significa la propiedad intelectual y
sobre lo que de verdad representa la comunidad del software. Permitidme dar la
bienvenida a Richard Stallman. [Aplausos]
Stallman. ¿Alguien me puede dejar un reloj? [Risas
del público] Gracias. Bien, quiero dar mi agradecimiento a Microsoft por darme
la oportunidad de estar en este estrado. [Risas del público]. Durante las
últimas semanas, me he sentido como un escritor cuyo libro ha sido
accidentalmente prohibido en alguna parte.2 [Risas del público]. Excepto
que todos los artículos sobre el mismo están dando el nombre del autor
equivocado, porque Microsoft describe la GNU GPL como una licencia
open source y la mayoría de las coberturas periodísticas han hecho lo
mismo. La mayoría de la gente, por supuesto de forma inocente, no se da cuenta
de que nuestro trabajo no tiene nada que ver con el open source, de
que en realidad hicimos la mayor parte de él antes de que la gente ni siquiera
acuñara el término open source.
Nosotros estamos en el movimiento del software libre y voy a hablar sobre qué
es el movimiento del software libre, sobre qué significa, sobre qué hemos
hecho, y, dado que esto en parte está patrocinado por una escuela empresarial,
diré algunas cosas más de lo que normalmente suelo decir sobre cómo se
relaciona el software libre con el ámbito empresarial y con otras áreas de la
vida social.
Bien, algunos de vosotros quizás no escriba nunca programas informáticos, pero
tal vez sabéis cocinar. Y si sabéis cocinar, a no ser que realmente seáis unos
genios, probablemente uséis recetas. Y si usáis recetas, probablemente habréis
tenido la experiencia de obtener la copia de una receta a través de un amigo
que la comparte. Y probablemente también hayáis tenido la experiencia —a no
ser que seáis unos auténticos principiantes— de cambiar la receta. Una receta
dice ciertas cosas, pero no tienes qué hacer exactamente lo que dice. Puedes
dejar fuera algunos ingredientes. Añadir algunos champiñones, por que te
gustan los champiñones. Echarle menos sal porque tu médico te dijo que
deberías prescindir de la sal. Lo que sea. Puedes incluso hacer cambios más
grandes, según tus habilidades. Y si has hecho cambios en una receta y se la
cocinas a tus amigos, y les gusta, alguno de tus amigos dirá: «Oye, ¿me puedes
pasar la receta?». Y entonces, ¿qué haces? Puedes apuntar tu versión
modificada de la receta y hacerle una copia a tu amigo. Esto es lo que se hace
naturalmente con cualquier tipo de recetas útiles.
Bueno, una receta es muy parecida a un programa informático. Un programa
informático se parece mucho a una receta: una sucesión de pasos realizados
para conseguir algún resultado deseado. De modo que es igual de natural hacer
lo mismo con los programas informáticos. Pásale una copia a tu amigo. Haz
cambios en ella porque el trabajo para el que fue escrita no es exactamente el
mismo que quieres hacer. Este fue de gran ayuda para otro, pero tu trabajo es
diferente. Y, después de cambiarla, probablemente sea útil para más gente.
Quizás tengan que hacer un trabajo como el que tú haces, así que preguntan:
«Oye, ¿me puedes dejar una copia?». Por supuesto, si eres una buena persona
les darás la copia. Esa es la forma de ser de una persona decente.
Imaginad qué pasaría si las recetas estuvieran empaquetadas dentro de cajas
negras. No podríais ver qué ingredientes están usando, por no hablar de
cambiarlos, imaginad que hacéis una copia para un amigo, te llaman pirata y te
intentan meter unos años en la cárcel. Ese mundo generaría una tremenda
afrenta a toda la gente que está acostumbrada a compartir recetas. Pero
exactamente así es el mundo del software propietario. Un mundo en el que la
usual decencia con los otros está prohibida o coartada.
Y bien, ¿por qué me enteré de esto? Me enteré porque, en la década de 1970,
tuve la buena suerte de ser parte de una comunidad de programadores que
compartían software. Esencialmente esta comunidad podía reconocer sus
ancestros en los comienzos de la programación. En la década de 1970, sin
embargo, era un poco extraño que hubiera una comunidad que compartiese
software. Y, de hecho, era algo así como un caso extremo; en el laboratorio en
el que yo trabajaba, todo el sistema operativo era software desarrollado por
la gente de nuestra comunidad y compartíamos cualquier parte de él con
cualquiera. Cualquiera era bienvenido para entrar y echar un vistazo, llevarse
una copia y hacer lo que quisiera. No había notas de copyright en estos
programas. La cooperación era nuestro modo de vida. Y estábamos seguros dentro
de ese modo de vida. No luchábamos por él. No teníamos que luchar por él.
Simplemente vivíamos así. Y, hasta donde nos concernía, habríamos seguido
viviendo así. Así que había software libre, pero no un movimiento del software
libre.
Sin embargo, más tarde, nuestra comunidad fue destruida por una sucesión de
calamidades. Finalmente quedó anulada. Finalmente, el ordenador
PDP-10,3 que usábamos para todo nuestro trabajo, se dejó de
fabricar. Nuestro sistema —el Sistema Incompatible de Uso
Compartido— fue escrito a principios de la década de 1960, de modo que
estaba escrito en lenguaje ensamblador. Era con lo que se solían escribir los
sistemas operativos en la década de 1960. Por supuesto, el lenguaje
ensamblador estaba orientado para una arquitectura informática particular; si
esta deja de fabricarse, todo tu trabajo se convierte en polvo —es inútil. Y
eso fue lo que nos pasó. Los 20 años de trabajo de nuestra comunidad se
convirtieron en polvo.
Pero antes de que pasara esto, tuve una experiencia que me preparó, me ayudó a
ver qué hacer, me ayudó a prepararme para ver qué hacer cuando esto sucediera,
porque en cierto momento Xerox donó al laboratorio de inteligencia artificial,
en el que yo trabajaba, una impresora láser; era un regalo realmente hermoso,
ya que era la primera vez que alguien fuera de Xerox tenía una impresora
láser. Era muy rápida, imprimía una página por segundo, muy buena en muchos
aspectos, pero muy inestable, porque en realidad era una fotocopiadora de
oficina de alta velocidad que había sido transformada en impresora. Y como ya
sabéis, las fotocopiadoras se atascan, aunque siempre hay alguien para
arreglarlas. La impresora se atascaba y nadie lo podía ver. Así que se quedaba
atascada mucho tiempo.
Bien, teníamos una idea de cómo tratar este problema. Modificarla de modo que
cada vez que la impresora se atascaba, el ordenador que controlaba a la
impresora pudiera decir a nuestra máquina de uso compartido y a los usuarios
que estaban esperando la salida de impresión que había que arreglar la
impresora, para que así al menos supieran que estaba atascada... por
supuesto, si estás esperando que se impriman tus trabajos y sabes que la
impresora está atascada, no te sientas y esperas una eternidad, sino que te
pones a arreglarla.
Sin embargo, llegados a ese punto, estábamos completamente bloqueados,
dado que el software que controlaba esa impresora no era software libre. Había
venido con la impresora y era simplemente un binario. No podíamos tener el
código fuente, Xerox no nos permitía tener el código fuente. Así, a pesar de
nuestra habilidad como programadores —después de todo, habíamos escrito
nuestro propio sistema de uso compartido— estábamos completamente
imposibilitados para añadir esta característica al software de la impresora.
Lo único que podíamos hacer era sufrir con la espera. Podía llevar una hora o
dos conseguir que se imprimieran tus trabajos, porque la máquina estaba
atascada casi todo el tiempo. Esperabas una hora suponiendo: «Se que va a
estar atascada. Esperaré una hora y me pasaré a recoger mi copia». Y entonces
veías que había estado atascada todo el tiempo y que en realidad nadie la
había arreglado. Así que la arreglabas y volvías a esperar otra media hora.
Entonces, volvías y la veías atascada otra vez antes de que hubiera llegado a
imprimir tu trabajo. Imprimía durante tres minutos y estaba atascada treinta
minutos. Frustración total. Pero lo peor era saber que podíamos haberla
arreglado, pero alguien, por su propio egoísmo, nos estaba coartando e
impidiendo que mejorásemos el software. Así que, por supuesto, nos sentíamos
algo resentidos.
Entonces oí que alguien de la Universidad Carnegie Mellon tenía una copia de
ese software. Iba a hacerle una visita allí, así que fui a su oficina y dije:
«Buenas, soy del MIT. ¿Podrías dejarme una copia del código fuente de la
impresora?». Y él dijo, «no, prometí que no te daría ninguna copia». [Risas
del público]. Yo estaba petrificado. De verdad, estaba muy enfadado y no
sabía cómo podía expresarlo. Todo lo que me salía era dar media vuelta y salir
de la habitación. Quizás di un portazo. [Risas del público]. Y pensé sobre
ello más adelante, porque me daba cuenta de que no había visto sólo a un
capullo aislado, sino que se trataba de un fenómeno social importante y que
afectaba a mucha gente.
Tuve suerte, sólo me tocó probar un poquito. Otros tenían que vivir con esto
todo el tiempo. Así que pensé sobre este asunto en profundidad. Observad, él
había prometido que se negaría a cooperar con nosotros —sus colegas del
MIT—. Nos había traicionado. Pero no sólo nos lo hizo a nosotros. El caso es
que también te lo hizo a ti. [Señala a un miembro del público]. Y creo que muy
probablemente también te lo hizo a ti. [Señala a otro miembro del público. El
público ríe]. Y probablemente también te lo hizo a ti. [Señala a un tercer
miembro del público]. Posiblemente se lo hizo a la mayoría de la gente que
está en esta sala —excepto tal vez a unos pocos que aún no habían nacido en
1980.— Puesto que había prometido que se negaría a cooperar con casi toda la
población del planeta Tierra. Había firmado un acuerdo de no divulgación.
Bien, este fue mi primer encuentro con un acuerdo de no divulgación y aprendí
una lección importante —importante porque la mayoría de los programadores
nunca la aprenden. Este era mi primer encuentro con un acuerdo de no
divulgación y yo era la víctima. Yo, y todo mi laboratorio, éramos las
víctimas. Y la lección que me enseñó es que los acuerdos de no divulgación
tienen víctimas. No son inocentes. No son inofensivos. La mayoría de los
programadores se encuentran por primera vez con un acuerdo de no divulgación
cuando se les ofrece firmar uno. Y siempre hay alguna tentación —si firmas vas
a obtener alguna propinilla. Así que se inventan excusas. Dicen, «bueno, no va
a conseguir una copia pase lo que pase, así que, ¿por qué no unirme a la
conspiración para marginarle?» Dicen, «así es como siempre se ha hecho. ¿Quién
soy yo para ponerme en contra?» Dicen, «si no firmo esto, lo hará otro».
Excusas varias para acallar sus conciencias.
Pero cuando alguien me ofreció la firma de un acuerdo de no divulgación, mi
conciencia ya estaba sensibilizada. Recuerdo cómo me había enfadado cuando
alguien prometió que no me ayudaría a mi y a todo mi laboratorio a resolver
nuestro problema. No podía darme la vuelta y hacerle exactamente lo mismo a
alguien que nunca me había hecho ningún daño. Si alguien me pidiera que
prometiera no compartir alguna información útil con un enemigo odiado, yo
aceptaría. Si alguien ha hecho algo malo, se lo merece. Pero los desconocidos
no me han hecho ningún daño. ¿Cómo podrían merecerse ese tipo de maltrato? No
puedes permitirte empezar a tratar mal a todo el mundo. Si no te conviertes en
un depredador para la sociedad. Así que dije: «Muchas gracias por ofrecerme
este bonito paquete de software. Pero, en las condiciones que ustedes exigen,
no puedo aceptarlo con la conciencia tranquila, así que me las arreglaré sin
él. Muchísimas gracias». Y de este modo, nunca he firmado a sabiendas un
acuerdo de no divulgación para información de utilidad técnica general, como
el software.
Ahora bien, hay otros tipos de información que implican diferentes asuntos
éticos. Por ejemplo, está la información personal. Si quisieras hablar conmigo
sobre lo que estaba pasando entre tú y tu novio, y me pidieras que no se lo
contara a nadie, yo estaría de acuerdo en guardarte ese secreto, porque no es
información de utilidad técnica general.
Al menos, es probable que no sea útil a todo el mundo. [Risas del público].
Hay pocas posibilidades —y aún así es una posibilidad— de que alguien quisiera
revelarme alguna maravillosa nueva técnica sexual, entonces sentiría el deber
moral de hacérselo saber al resto de la humanidad, y así todo el mundo podría
beneficiarse de ella. [Risas del público]. Así que tendría que poner una
cláusula en esa promesa.
Si sólo son detalles sobre quien quiere qué y quién está enfadado con quién, y
ese tipo de culebrones...eso lo puedo guardar en secreto; pero no
puedo retener algo de cuyo conocimiento la humanidad puede beneficiarse
tremendamente. Veréis, el propósito de la ciencia y la tecnología es crear
información útil para la humanidad, para ayudar a la gente a vivir mejor. Si
prometemos que retendremos esa información —si la guardamos en secreto—
entonces estaremos traicionando el objetivo de nuestro sector. Y eso, decidí
que no debía hacerlo.
Pero mientras tanto mi comunidad se había ido a pique y eso me dejaba en una
mala situación. Fijaros, todo el Sistema Incompatible de Uso Compartido estaba
obsoleto, porque el PDP-10 estaba obsoleto, de este modo no había forma de que
pudiera seguir trabajando como desarrollador de sistemas operativos tal y como
lo había estado haciendo. Esta actividad dependía de formar parte de la
comunidad, usar el software de la comunidad y mejorarlo. Ya no era posible, lo
cual me planteó un dilema moral. ¿Qué iba a hacer? Porque la posibilidad más
obvia significaba ponerme en contra de esa decisión que había tomado. La
posibilidad más obvia era adaptarme a los cambios del mundo. Aceptar que las
cosas eran diferentes y que yo debería abandonar esos principios y empezar a
firmar acuerdos de no divulgación para sistemas operativos propietarios, muy
probablemente escribir también software propietario. Así, me di cuenta de que
podría divertirme escribiendo código y que podría ganar dinero —especialmente
si lo hiciera en cualquier parte que no fuera el MIT—, pero al final, hubiera
tenido que repasar mi carrera y decir «me he pasado la vida
construyendo muros para dividir a la gente», estaría avergonzado de mi vida.
Así que busqué otra alternativa, y había una obvia. Podía dejar el sector del
software y dedicarme a otra cosa. Bien, no tengo otras habilidades reseñables,
pero estoy seguro de que podría haber llegado a ser camarero. [Risas del
público]. No en un restaurante de lujo; no me contratarían, pero podría ser
camarero en algún sitio. Y muchos programadores me decían «la gente que
contrata programadores exige esto, esto y esto. Y si no hago estas cosas, me
moriré de hambre». Es literalmente la expresión que usan. Bien, como camarero
no vas a morirte de hambre. [Risas del público]. Así que, realmente, no estás
en peligro. Pero —y, sabéis, esto es importante— a veces puedes justificarte
por hacer cosas que dañan a los demás diciendo que de otro modo te puede pasar
algo peor. Si de verdad te fueras a morir de hambre, estaría
justificado que escribieras software propietario. [Risas del público]. Si
alguien te apunta con una pistola, entonces yo diría que se te puede perdonar.
[Risas del público]. Pero yo encontré una forma de sobrevivir sin hacer algo
inmoral, así que esa excusa no valía. Me di cuenta, de todos modos, de que ser
camarero no iba a resultarme divertido y significaría derrochar mis
habilidades como desarrollador de sistemas operativos. Evitaría el mal uso de
mis habilidades. Desarrollar software propietario sería un mal uso de mis
habilidades. Apoyar que los demás vivan en el mundo del software propietario
sería usar mal mis habilidades. Así que es mejor malgastarlas que hacer una
mal uso de ellas, pero aún así no era algo bueno de verdad.
Por estos motivos decidí buscar otra alternativa. ¿Qué puede hacer un
desarrollador de sistemas operativos para mejorar realmente la situación y
hacer del mundo un lugar mejor? Me di cuenta de que un desarrollador de
sistemas operativos era exactamente lo que se necesitaba. El problema, el
dilema para mí y para todos los demás era que todos los sistemas operativos
disponibles para los ordenadores modernos eran propietarios. Los sistemas
operativos libres estaban destinados a los ordenadores viejos y obsoletos,
¿verdad? Así que para los ordenadores modernos, si querías comprar un
ordenador moderno y usarlo, estabas obligado a usar un sistema operativo
propietario. De modo que si un desarrollador de sistemas operativos escribiera
otro sistema operativo y dijera «venid todos a compartir esto; sois
bienvenidos», se daría una escapatoria al dilema, otra alternativa para todo
el mundo. Así que me di cuenta de que había algo que podía hacer que podría
resolver el problema. Tenía justo las habilidades necesarias para poder
hacerlo. Y posiblemente era la cosa más útil que yo podía imaginarme en
relación a lo que sería capaz de hacer con mi vida. Se trataba de un problema
que nadie más estaba intentando resolver. Era algo así como quedarme sentado,
ver empeorar las cosas y que no hubiera nadie más que yo. De este modo, sentí:
«Soy el elegido. Tengo que trabajar en esto. ¿Si no lo hago yo, quién lo
hará?». Decidí que desarrollaría un sistema operativo libre, o moriría en el
intento... de viejo, por supuesto. [Risas del público].
Por supuesto, tuve que decidir qué tipo de sistema operativo debería ser.
Había que tomar algunas decisiones técnicas de diseño. Decidí hacer que el
sistema fuera compatible con Unix por una serie de razones. En primer lugar,
acababa de ver como se quedaba obsoleto a un sistema operativo que realmente
amaba, porque estaba escrito para un modelo particular de ordenador. No quería
que eso sucediera otra vez. Necesitábamos tener un sistema que se pudiera
migrar. Bien, Unix era un sistema portable. Así que si seguía el diseño de
Unix, tenía bastantes posibilidades de hacer un sistema que también se pudiera
migrar y funcionar en otros sistemas. Y además, por qué no hacerlo compatible
en todos sus detalles. La idea es que los usuarios odian
los cambios que los hacen incompatibles. Si hubiera diseñado el sistema de
acuerdo a mi manera favorita —lo cual me hubiera encantado, estoy seguro—
habría producido algo incompatible. Los detalles serían diferentes. Así que,
si hubiera escrito el sistema, los usuarios me habrían dicho: «Bien, esto es
muy bonito, pero es incompatible. Cambiarse costará mucho trabajo. No nos
podemos permitir tener tantos problemas sólo para usar tu sistema en lugar de
Unix, así que nos quedamos con Unix».
Ahora bien, si de verdad quería crear una comunidad en la que hubiera gente,
gente usando este sistema libre y disfrutando de los beneficios de la libertad
y la cooperación, tenía que producir un sistema que la gente usara, un sistema
cuya migración desde otro sistema fuera fácil, que no tuviera un impedimento
que lo hiciera fracasar desde el mismo principio. Bueno, en realidad hacer el
sistema compatible con Unix adelantó ya todas las
decisiones de diseño inmediatas, porque Unix está formado por muchos
elementos, que se comunican por interfaces que están más o menos
documentadas. De modo que si quieres compatibilidad con
Unix, tienes que sustituir cada elemento, uno por uno, con un elemento
compatible. De este modo, las restantes decisiones de diseño se toman dentro
de cada elemento y pueden ser tomadas después por cualquiera que decida
escribir ese elemento. No tienen que tomarse desde el principio.
Todo lo que teníamos que hacer para empezar el trabajo era encontrar un nombre
para el sistema. Bueno, nosotros los hackers siempre buscamos nombres
divertidos o traviesos para los programas, porque pensar que a la gente le
haga gracia el nombre es la mitad de la diversión de escribir el programa.
[Risas del público]. Teníamos una tradición de acrónimos recurrentes para
decir que el programa que estás escribiendo es parecido a algún programa
existente. Puedes ponerle de nombre un acrónimo recurrente que diga: esto no
es lo otro [this one's not the other]. Así, por ejemplo, había muchos editores
de texto Tico en la década de 1960 y 1970, normalmente se les llamaba tal y
cual Tico. En ese momento, un hacker espabilado llamó al suyo Tint, lo que
quería decir Tint No Es Tico4 —el primer acrónimo
recurrente—. En 1975, creé el primer editor de texto Emacs; había muchas
imitaciones de Emacs, muchas de las cuales se llamaban tal y cual Emacs, pero
una se llamaba Fine, por Fine Is Not Emacs, y también estaba Sine,
por Sine Is Not Emacs, y Eine por Eine is not Emacs, y Mince
por Mince Is Not Complete Emacs. [Risas del público]. Esa era una
imitación descarada. Y entonces Eine fue reescrito casi por completo, y la
nueva versión se llamó Zwei por Zwei Was Eine
Initially.5 [Risas del público].
Así, busqué un acrónimo recurrente para Algo No Es Unix [Something Is Not
Unix]. Y probé con las 26 letras, y descubrí que ninguna de ellas era una
palabra. [Risas del público]. Hmm, prueba de otra forma. Hice una contracción.
De este modo podría tener un acrónimo de tres letras, para Algo No Unix. Probé
con varias letras y encontré la palabra GNU6 —la palabra GNU es la más
graciosa de todo la lengua inglesa—. [Risas del público]. Ahí estaba. Por
supuesto, el motivo de que sea gracioso es que según el diccionario, se
pronuncia «new». Por eso la gente lo usa en muchos juegos de palabras. Dejadme
que os diga que este es el nombre de un animal que vive en África. Y la
pronunciación africana tenía un golpe seco. [Risas del público]. Quizás
todavía lo tenga. Y así, los colonos europeos, cuando llegaron allí, no se
molestaron en aprender a dar ese golpe seco. Así que lo eliminaron y
escribieron una «g» que significaba «hay otro sonido que supuestamente va aquí
pero nosotros no lo pronunciamos». [Risas del público]. De todos modos, esta
noche me voy a Sudáfrica y les he rogado, espero que me encuentren a alguien
que me enseñe a pronunciar golpes secos para que sepa pronunciar GNU de la
forma correcta cuando se trata del animal. [Risas del público].
Pero, cuando es el nombre de nuestro sistema, la pronunciación correcta es
«g-new» —con la «g» fuerte—. Si hablas de un «nuevo» sistema operativo puedes
confundir bastante a la gente, porque hemos trabajado en él desde hace 17
años, así que ya no es muy nuevo. [Risas del público]. Pero todavía es, y
siempre lo será, GNU —no importa cuánta gente lo llame Linux por error—. [Risas
del público].
Así que, en enero de 1984, dejé mi trabajo en el MIT para empezar a escribir
elementos de GNU.7 Aún así, fueron tan amables como para dejarme usar sus
recursos. En ese momento, pensé que escribiríamos todos esos elementos y que
haríamos un sistema GNU completo, y en ese momento diríamos «Venid a por él» y
la gente empezaría a usarlo. Eso no fue lo que pasó. Los primeros elementos
que escribí eran buenos recambios, con menos fallos, de algunos elementos de
Unix, pero no eran especialmente emocionantes. Particularmente nadie quería
obtenerlos y instalarlos. Pero entonces, en septiembre de 1984, empecé a
escribir GNU Emacs, que era mi segunda implementación de Emacs y para
principios de 1985 ya estaba funcionando. Podría usarlo para todo mi trabajo
de edición, lo cual era un gran alivio, porque no tenía intención de aprender
vi, el editor de Unix. [Risas del público]. Así que, hasta ese momento, hice
mi trabajo de edición con otro equipo y guardé los archivos en la red, de modo
que pudiera probarlos. Pero cuando GNU Emacs funcionó lo suficientemente bien
como para que yo lo usara, también otra gente quiso usarlo.
De este modo, tuve que pensar bien los mecanismos de distribución. Por
supuesto, puse una copia en el directorio anónimo ftp y eso estaba
bien para los que estaban en la red —podían ejecutar un archivo
tar,8 pero incluso
entonces, en 1985, muchos programadores no tenían acceso a la red. Me mandaban
correos electrónicos diciendo. «¿Cómo puedo conseguir una copia?». Tuve que
decidir qué les respondería. Bueno, podría haberles dicho «quiero dedicar mi
tiempo a escribir más software de GNU, no a escribir cintas, así que por favor
encontrad a un amigo que esté en Internet y quiera bajárselo y grabarlo para
vosotros», y estoy seguro de que la gente habría encontrado algunos amigos
más tarde o mas temprano. Habrían conseguido sus copias.
Pero yo estaba sin trabajo. En realidad, nunca he tenido un trabajo desde que
dejé el MIT en enero de 1984. Así que estaba buscando algún modo de hacer
dinero mediante mi trabajo con el software libre y por esta razón empecé un
negocio de software libre. Anuncié «mandadme 150 dólares y os enviaré una
cinta de Emacs». Y los pedidos empezaron a llegar poco a poco. A mediados del
año llegaban con cuentagotas.
Estaba recibiendo entre ocho y diez pedidos por mes. Y, si hubiera sido
necesario, habría podido vivir sólo de eso, porque siempre he vivido
sobriamente. Básicamente vivo como un estudiante. Y me gusta, porque significa
que el dinero no me dicta lo que debo hacer. Puedo hacer lo que creo que es
importante para mí. Me liberó para hacer lo que parecía merecer la pena. Así
que haced un auténtico esfuerzo para evitar quedar atrapados dentro de todos
los caros hábitos de vida del americano típico. Porque si lo hacéis, entonces
la gente de dinero os dictará lo que tenéis que hacer con vuestra vida. No
seréis capaces de hacer lo que es importante para vosotros.
De este modo, iba bien, pero la gente me solía preguntar: «¿Cómo que es
software libre si cuesta 150 dólares?». [Risas del público]. Bueno, el motivo
de que preguntaran esto es que estaban confundidos por los múltiples
significados de la palabra inglesa «libre». Un significado se refiere al
precio y el otro se refiere a la libertad. Cuando hablo de software libre, me
refiero a la libertad, no al precio. Así que pensad en «libertad de
expresión», no en «barra libre». [Risas del público]. A ver, no habría
dedicado tantos años de mi vida a asegurarme de que los programadores tengan
menos dinero. Ese no es mi objetivo. Soy un programador y no me resulta
problemático ganar dinero. No dedicaré toda mi vida a ganar dinero, pero no me
preocupa ganarlo. Por lo tanto, —y en la medida en que la ética es igual para
todo el mundo— tampoco estoy en contra de que otro programador gane dinero. No
quiero que los precios sean bajos. La cuestión es la libertad. Libertad para
todos los que utilizan el software, tanto si esa persona es un programador
como si no.
Llegados a este punto debería daros una definición de software libre. Me
centraré mejor en algunos detalles concretos, porque decir sólo «creo en la
libertad» es vacuo. Hay muchas libertades en las que puedes creer, y están en
conflicto entre ellas, así que la auténtica cuestión política es: ¿cuáles son
las libertades importantes, las libertades que debemos asegurarnos que tenga
todo el mundo?
Bien, ahora daré una respuesta a esa pregunta para ese área particular del uso
del software. Un programa es software libre para ti, como usuario particular,
si tienes las siguientes libertades:
La Libertad Cero es la libertad de ejecutar el programa con
cualquier propósito, de la forma que quieras.
La Libertad Uno es la libertad de ayudarte a ti mismo cambiando el programa
para que se ajuste a tus necesidades.
La Libertad Dos es la libertad de ayudar al prójimo distribuyendo copias
del programa.
Y la Libertad Tres es la libertad de ayudar a construir tu comunidad
publicando una versión mejorada de modo que los otros puedan beneficiarse de
tu trabajo.
Si tienes todas estas libertades, el programa es software libre, para ti -y
esto es crucial. Por eso lo expreso de ese modo. Lo explicaré más adelante,
cuando hable sobre la licencia GNU GPL, pero ahora voy a explicar qué
significa el software libre, que es una cuestión más básica.
La Libertad Cero es bastante obvia. Si ni siquiera se te permite
utilizar el programa como quieras, es un programa la hostia de restrictivo.
Pero como de hecho sucede, la mayoría de los programas te darán al menos la
Libertad Cero. Y la Libertad Cero se sigue, legalmente, como consecuencia de
la Libertad Uno, Dos y Tres —así es como funciona la legislación de
copyright—. Así que las libertades que distinguen al software libre del software corriente
son las Libertades Uno, Dos y Tres, por eso hablaré más sobre ellas y de por
qué son importantes.
La Libertad Uno es la libertad de ayudarte a ti mismo modificando el
software para que se ajuste a tus necesidades. Esto puede significar arreglar
los fallos. Puede significar añadir nuevas características. Puede significar
migrarlo a un sistema informático distinto. Puede significar traducir todos
los mensajes de error al navajo. Deberías ser libre de hacer cada modificación
que quieras hacer.
Ahora bien, es obvio que los programadores profesionales pueden hacer uso de
esta libertad de forma muy efectiva, pero no solo ellos. Cualquiera con un
mínimo de inteligencia puede aprender un poco de programación. Hay trabajos
difíciles y hay trabajos fáciles, y la mayoría de la gente no va a aprender lo
suficiente como para hacer trabajos difíciles. Pero mucha gente puede aprender
lo suficiente para hacer trabajos fáciles, del mismo modo que hace 50 años
montones y montones de estadounidenses aprendieron a reparar coches, que es lo
que permitió a los EEUU tener un ejército motorizado en la Segunda Guerra
Mundial y ganar. Es muy importante tener mucha gente que sepa reparar cosas.
Y si eres una persona sociable y realmente no quieres aprender tecnología en
absoluto, posiblemente eso significa que tienes muchos amigos y que eres bueno
pillándoles para que te deban favores. [Risas del público]. Posiblemente
algunos de ellos sean programadores. Así que puedes pedirle a alguno de tus
amigos programadores: «¿Podrías cambiarme esto, por favor? ¿Me puedes añadir
esta característica?» De este modo, se puede beneficiar mucha gente.
Ahora bien, si no tienes esta libertad, se produce un daño práctico y
material a la sociedad. Esta ausencia de libertad te hace prisionero de tu
software. Ya expliqué lo que pasaba con la impresora láser. Para nosotros
funcionó mal y no podíamos arreglarla porque éramos prisioneros de nuestro
software.
Pero también afecta a la moral de la gente. Si el uso del ordenador es siempre
frustrante, y la gente lo usa, sus vidas también serán frustrantes, y si lo
están usando en su trabajo, su trabajo será frustrante; odiarán su trabajo. Y
ya sabéis, la gente se protege a sí misma de la frustración decidiendo no
preocuparse. Así que acabas con gente cuya actitud es, «bueno, hoy me he
presentado a trabajar. Eso es todo lo que tengo que hacer. Si no puedo
progresar, ese no es mi problema; es el problema del jefe». Y cuando esto
ocurre, es perjudicial para estas personas y es malo para la sociedad en su
conjunto. Esta es la Libertad Uno, la libertad de ayudarte a ti
mismo.
La Libertad Dos es la libertad de ayudar al prójimo distribuyendo
copias del programa. Puesto que, para los seres que pueden pensar y aprender,
compartir conocimiento útil es un acto de amistad fundamental, cuando estos
seres usan ordenadores, este acto de amistad toma la forma de compartir
software. Los amigos comparten cosas entre sí. Los amigos se ayudan entre sí.
Esta es la naturaleza de la amistad. Y, en realidad, este espíritu de buena
voluntad —el espíritu de ayudar al vecino, de forma voluntaria— es el
recurso más importante de la sociedad. Marca la diferencia entre una sociedad
en la que se puede vivir y la ley de la selva. Su importancia ha sido
reconocida por las principales religiones del mundo durante cientos de años y
siempre tratan explícitamente de fomentar esta actitud.
Cuando yo iba a la guardería, los profesores intentaban enseñarnos esta
actitud —el espíritu de compartir— forzándonos a hacerlo. Se imaginaban
que si lo hacíamos, aprenderíamos. Así que decían, «si traéis dulces al
colegio, no podéis quedároslos todos para vosotros, tenéis que compartir algo
con los otros niños». Nos enseñaban que la sociedad estaba organizada para
enseñar este espíritu de cooperación. ¿Y por qué se tiene que enseñar todo
esto? Porque la gente no es totalmente cooperativa. Esta es una parte de la
naturaleza humana, pero hay otros aspectos en la naturaleza humana. Y es que
la naturaleza humana está compuesta de muchas partes. Así que, si quieres una
sociedad mejor, tienes que trabajar para fomentar este espíritu que induce a
compartir. Éste espíritu no llegará a acontecer del todo. Es comprensible. La
gente también tiene que preocuparse por sí misma. Pero si de algún modo
hacemos que este espíritu se extienda, saldremos mejor parados.
Hoy en día, de acuerdo con el gobierno de EEUU, supuestamente los profesores
deben hacer exactamente lo contrario. «Ah, Johnny, te has traído software al
colegio. Bueno, no lo compartas. Compartir está mal. Compartir significa que
eres un pirata». ¿A qué se refieren cuando dicen «pirata»? Lo que están
diciendo es que ayudar al prójimo es el equivalente moral de abordar un barco.
[Risas del público].
¿Qué habrían dicho Buda o Jesús sobre esto? Bien, coge a tu líder religioso
favorito. No sé, quizá Manson habría dicho algo diferente. [Risas del
público]. ¿Quién sabe lo que diría L. Ron Hubbard? Pero...
Pregunta. [Inaudible].
Stallman. Por supuesto, está muerto. Pero no lo admiten.
¿Qué?
Pregunta. Los demás también, también están muertos.
[Risas del público]. [Inaudible]. Charles Manson también está muerto. [Risas
del público]. Están muertos, Jesús está muerto, Buda está muerto...
Stallman. Sí, es verdad. [Risas del público]. Me imagino
que, en ese sentido, L. Ron Hubbard no es peor que los otros. [Risas del
público]. De todos modos [inaudible].
Pregunta. L. Ron Hubbard9 usaba
software libre —le liberaba de Zanu. [Risas del público].
Stallman. De todos modos, creo que este es el motivo más
importante por el que el software debería ser libre: no nos podemos permitir
contaminar el recurso más importante de la sociedad. Es cierto que no es un
recurso físico como el aire limpio o el agua potable. Es un recurso
psicosocial, pero por todo lo dicho, es igual de real y marca una tremenda
diferencia en nuestras vidas. Las acciones que emprendemos influyen en el
pensamiento de los demás. Cuando vamos por ahí diciéndole a la gente «No
compartáis con los demás», si nos escucha, habremos causado un efecto en la
sociedad, y no bueno. Esta es la Libertad Dos, la libertad de ayudar
al prójimo.
Ah, por cierto, si no tienes esta libertad, no se produce simplemente un daño
a los recursos psicosociales, también se produce un daño práctico y material.
Si el programa tiene propietario y el propietario impone unas
condiciones que hacen que cada usuario tenga que pagar para
poder usarlo, algunos dirán: «No importa, me las arreglaré sin él». Y eso es
una pérdida, una pérdida deliberadamente infligida. Y lo interesante del
software, por supuesto, es que con menos usuarios no significa que tengas que
producir menos. Si menos gente compra coches, puedes fabricar menos coches.
Eso es un ahorro. Hay recursos que asignar, o no, para fabricar coches, por lo
que puedes decir que es bueno que los coches tengan un precio. Impide que la
gente desvíe montones de recursos que se van a desperdiciar en fabricar coches
que realmente no son necesarios. Pero si cada coche adicional no consumiera
recursos, ahorrar al producir estos coches no supondría ningún bien. Bueno,
para los objetos físicos, por supuesto, como los coches, siempre van a hacer
falta recursos para fabricar unidades adicionales para cada ejemplar
adicional.
Pero esto no es cierto para el software. Todo el mundo puede hacer otra copia.
Y hacerlo es casi trivial. No consume recursos, excepto una cantidad
pequeñísima de electricidad. Así que no hay de dónde ahorrar, no vamos a
asignar mejor ningún recurso poniendo este impedimento financiero en el uso
del software. A menudo encuentras a gente que acepta las consecuencias de los
razonamientos económicos, basados en premisas que no se corresponden con el
software y que intenta transplantarlas desde otros ámbitos de la vida dónde sí
se pueden aplicar y dónde las conclusiones extraídas pueden ser válidas.
Simplemente toman esas conclusiones y asumen que también son válidas para el
software, cuando el argumento no tiene ninguna base en el
caso del software. Las premisas no funcionan para este caso. Es muy importante
examinar cómo se llega a esa conclusión, y de qué premisas depende, para ver
donde podría ser válida. Así que esta es la Libertad Dos, la libertad
de ayudar a tu prójimo.
La Libertad Tres es la libertad de ayudar a construir tu comunidad
publicando una versión mejorada del software. La gente me solía decir «si el
software es libre, entonces a nadie le pagarán por trabajar en él, así que,
¿por qué iba a trabajar nadie en él?» Bueno, por supuesto, estaban
confundiendo los dos significados de libre, así que su razonamiento
se basaba en una mala interpretación del término. Pero, en cualquier caso, esa
era su teoría. Hoy, podemos comparar esa teoría con la evidencia empírica y
encontramos que a cientos de personas se les paga para escribir software
libre, y alrededor 100.000 lo están haciendo de forma voluntaria. Tenemos
mucha gente trabajando en el software libre, y esto por varios motivos
diferentes.
Cuando publiqué GNU-Emacs por primera vez —la primera parte del sistema GNU
que la gente de verdad quería usar— y cuando empezó a tener usuarios,
pasado un tiempo, recibí un mensaje que decía, «creo que he visto un fallo en
el código fuente, y aquí esta el remedio». Y recibí otro mensaje, «aquí tienes
código para añadir una característica nueva». Y otro remedio para un fallo. Y
otra característica nueva. Y otra, y otra, y otra, hasta que me empezaron a
llover tan rápido que sólo hacer uso de toda esta ayuda que estaba recibiendo
suponía mucho trabajo. Microsoft no tiene estos problemas. [Risas del público]
Finalmente, la gente observó este fenómeno. En la década de 1980 muchos de
nosotros pensábamos que tal vez el software libre no sería tan bueno como el
software no libre, porque no tendríamos tanto dinero para pagar a la gente. Y
por supuesto gente como yo, que valora la libertad y la comunidad, dijo,
«bueno, usaremos el software libre de todos modos». Merece la pena hacer un
pequeño sacrificio en algunas simples comodidades técnicas a cambio de tener
libertad. Pero lo que la gente empezó a observar, hacia 1990, es que nuestro
software era en realidad mejor. Tenía más capacidad, era más fiable, que las
alternativas propietarias.
A principios de la década de 1990, alguien encontró la forma de medir
científicamente la estabilidad del software. Esto es lo que hizo. Tomó
diferentes grupos de programas comparables que hacían los mismos trabajos
—exactamente los mismos trabajos— en sistemas diferentes, dado que había
ciertos programas básicos tipo Unix. Y los trabajos que hacían eran más o
menos la misma cosa —o seguían el tipo POSIX— de modo que todos eran
iguales en cuanto a los trabajos que hacían; pero eran mantenidos por gente
distinta y escritos de forma separada. El código era distinto. Así que
dijeron, vale, cogeremos estos programas y los utilizaremos con datos al azar,
y mediremos con qué frecuencia se estropean o fallan. Así que lo midieron y el
conjunto de programas más fiable era los programas de GNU. Todas las
alternativas comerciales, que eran software propietario, eran menos fiables.
Así que lo publicó y se lo contó a todos los desarrolladores. Unos pocos años
después hizo el mismo experimento con las versiones más novedosas y obtuvo el
mismo resultado. Las versiones GNU eran las más fiables. Fijaros, hay clínicas
de cáncer y operaciones 91110 que usan el sistema GNU, porque es muy
fiable, y la fiabilidad es muy importante para ellos.
En cualquier caso, existe aún un grupo de gente que considera este beneficio
particular como la principal razón por la cual a los usuarios se les debería
permitir hacer esta variedad de cosas y tener esas libertades. Si me habéis
estado escuchando, os habréis enterado de que, para hablar a favor del
movimiento de software libre, hablo sobre temas éticos y sobre el tipo de
sociedad en el que queremos vivir, sobre qué produce una buena sociedad, así
como sobre los beneficios prácticos y materiales. Todo esto es muy importante,
todo esto constituye el movimiento de software libre.
Ese otro grupo de gente —que es llamado movimiento open source—
sólo cita los beneficios prácticos. Niegan que esta sea una cuestión de
principios. Niegan que la gente tenga derecho a la libertad de compartir con
su vecino y de comprobar lo que está haciendo el programa y de cambiarlo si no
les gusta. Dicen, de todos modos, que permitirle a la gente hacer estas cosas
es algo útil. Así que van a las empresas y les dicen, «podríais hacer más
dinero si dejáis que la gente haga esto». De modo que podréis ver que, hasta
cierto punto, llevan a la gente en una dirección parecida, pero por motivos
totalmente distintos, por razones filosóficas fundamentalmente distintas.
En la cuestión más profunda de todas, la cuestión ética, los dos movimientos
no están de acuerdo. En el movimiento del software libre decimos «tienes
derecho a estas libertades. La gente no puede impedirte que hagas estas
cosas». En el movimiento open source, dicen: «Sí, pueden impedírtelo
si quieren, pero nosotros intentaremos convencerles de que se dignen a
permitiros hacer esto». Bueno, han ayudado, han convencido a cierta cantidad
de empresas para publicar numerosos elementos de software como software libre
en nuestra comunidad. El movimiento open source ha ayudado
considerablemente a nuestra comunidad y trabajamos juntos en proyectos
prácticos. Pero filosóficamente hay un tremendo desacuerdo.
Por desgracia, el movimiento open source es el que recibe el apoyo de
la mayoría de las empresas y así la mayoría de los artículos sobre nuestro
trabajo lo describen como open source, y mucha gente piensa
inocentemente que todos formamos parte del movimiento open source.
Por eso estoy mencionando esta distinción. Quiero que seáis conscientes de que
el movimiento de software libre, que trajo a la existencia a nuestra comunidad
y desarrolló el sistema operativo libre, todavía está aquí —y que
representamos esta filosofía ética. Quiero que sepáis esto para que no
desinforméis a los demás inconscientemente. Pero también para que podáis
pensar sobre como os posicionáis.
A qué movimiento apoyéis es cosa vuestra. Podríais estar de acuerdo con el
movimiento del software libre y mis puntos de vista. Podríais estar de acuerdo
con el movimiento open source. Podríais no estar de acuerdo con
ninguno. Vosotros decidís dónde os situáis ante estas cuestiones políticas.
Pero si estáis de acuerdo con el movimiento del software libre —si veis que
se trata de una cuestión sobre lo que la gente merece decidir en relación al
control y la dirección de sus vidas— entonces espero que digáis que estáis
de acuerdo con el movimiento del software libre y una forma en que podéis
hacerlo es usando el término software libre y ayudando a que la gente sepa que
existimos.
Así que la Libertad Tres es muy importante tanto en lo práctico como en lo
psicosocial. Si no tienes esta libertad, se produce un daño material, porque
este desarrollo comunitario no sucede y no produciremos software fiable y
potente. Pero también produce daños psicosociales, que afectan al espíritu de
cooperación científica —la idea de que trabajamos juntos para hacer avanzar
el conocimiento humano. Veréis, el progreso de la ciencia depende crucialmente
de que la gente sea capaz de trabajar junta. Hoy en día, no obstante, a menudo
te encuentras con grupos de científicos actuando como si hubiera una guerra
entre bandas de científicos e ingenieros. Sin embargo, si no comparten con los
demás, todos están bloqueados.
Así que estas son las tres libertades que distinguen al software libre del
software típico. La Libertad Uno es la libertad de ayudarte a ti mismo
haciendo cambios que se ajusten a tus propias necesidades. La Libertad Dos es
la libertad de ayudar a tus amigos distribuyendo copias. Y la Libertad Tres es
la libertad de construir tu comunidad haciendo modificaciones y publicándolos
para que los use otra gente. Si tienes todas estas libertades, el programa es
software libre para ti. Bien, ¿por qué lo defino así, en términos de un
usuario particular? ¿Es software libre para ti? [Señala a un miembro del
público] ¿Es software libre para ti? [Señalando a otro miembro del público]
¿Es software libre para ti? [Señalando a otro miembro del público] ¿Sí?
Pregunta. ¿Puedes explicar un poco la diferencia entre la
Libertad Dos y la Tres? [Inaudible].
Stallman. Bueno, ciertamente están relacionadas, porque si
no tienes libertad de redistribuir en absoluto, ciertamente no tienes libertad
de distribuir una versión modificada, pero son actividades diferentes.
La Libertad Dos es: haces una copia exacta y se la pasas a tus amigos, así que
ahora tu amigo puede usarla. O quizá hagas copias exactas y se las vendes a un
grupo de gente y entonces pueden usarla.
La Libertad Tres es por la que tú haces mejoras —o por lo menos tú piensas
que son mejoras y otros podrían estar de acuerdo contigo. Así que esa es la
diferencia. Ah, y por cierto, un punto crucial. La Libertad Uno y la Tres
dependen de que tengas acceso al código fuente. Porque cambiar un programa
exclusivamente binario es extremadamente difícil [risas del público], incluso
cambios triviales como usar cuatro dígitos para la fecha11 [risas del
público], si no tienes la fuente. Así que, por motivos prácticos y forzosos,
el acceso al código fuente es una condición previa, una obligación, para el
software libre.
Así que, ¿por qué lo defino en términos de software libre «para ti»? El motivo
es que a veces un mismo programa puede ser software libre para algunas
personas y no libre para otras. Bien, esta puede parecer una situación
paradójica, así que permitidme poneros un ejemplo para mostraros qué es lo que
pasa. Un gran ejemplo —quizás el mayor que haya existido jamás— de este
problema fue el sistema X Window, que fue creado en el MIT y lanzado bajo una
licencia que lo hacía software libre. Si tenías la versión del MIT con la
licencia del MIT, tenías las Libertades Uno, Dos y Tres. Era software libre
para ti. Pero entre aquellos que obtuvieron copias estaban varios fabricantes
de ordenadores que distribuían sistemas Unix e hicieron los cambios necesarios
en X para instalarlos en sus sistemas. Sabéis, probablemente cambiaron sólo
unos pocos miles de líneas entre los cientos de miles de líneas de X. Y
entonces lo recopilaron y pusieron los binarios en su sistema Unix y lo
distribuyeron bajo el mismo acuerdo de no divulgación que tiene el resto del
sistema Unix. Y entonces millones de personas obtuvieron estas copias. Tenían
el sistema X Window, pero no tenían ninguna de estas libertades. No era
software libre para ellos.
Así, la paradoja era que el carácter libre de X dependía de dónde hicieras la
medición. Si hacías la medición a partir del grupo de desarrolladores, dirías,
«observo todas estas libertades. Es software libre». Si hacías la medición
entre los usuarios, dirías, «humm, la mayoría de los usuarios no tiene estas
libertades. No es software libre». Bueno, la gente que creó X no consideraba
esto un problema, porque su objetivo era simplemente la popularidad —el ego,
esencialmente. Querían un gran éxito profesional. Querían sentir, «ah,
muchísima gente esta usando nuestro software». Y era verdad. Mucha gente
estaba usando su software pero no tenía libertad.
Bien, en el proyecto GNU, si esa misma cosa le hubiera pasado al software de
GNU, habría sido un fracaso, porque nuestro objetivo no era simplemente ser
populares, nuestro objetivo era dar libertad a la gente y apoyar la
cooperación, permitir que la gente coopere. Recordad, nunca obliguéis a nadie
a cooperar con otra persona, pero aseguraos de que a todo el mundo le está
permitido cooperar, de que todo el mundo tenga libertad para cooperar, si él o
ella quieren. Si millones de personas tuvieran instaladas versiones no libres
de GNU, eso en absoluto sería un éxito. Todo se habría pervertido hasta no ser
nada con respecto al objetivo.
Así que busqué una forma de evitar que eso sucediera. El método al que llegué
se llama copyleft. Se llama copyleft porque es algo así como tomar el
copyright y darle la vuelta. [Risas del público]. Legalmente, el copyleft
funciona sobre la base del copyright. Usamos la legislación de copyright
existente, pero la usamos para conseguir un objetivo muy diferente. Esto es lo
que hacemos. Decimos: «Este programa tiene copyright». Y, por supuesto, por
defecto, eso significa que está prohibido copiarlo, distribuirlo o
modificarlo. Pero entonces decimos: «Estás autorizado a distribuir copias de
esto. Estás autorizado a modificarlo. Estás autorizado a distribuir versiones
modificadas y versiones ampliadas. Cámbialo como te apetezca».
Pero hay una condición. Y la condición, por supuesto, es el motivo por el que
nos metemos en estos líos, para que podamos incluir la condición. La condición
dice: «Cuando quiera que distribuyas algo que contenga cualquier elemento de
este programa, todo ese programa debe ser distribuido bajo estas condiciones,
ni más ni menos». Así que puedes cambiar el programa y distribuir una versión
modificada, pero cuando lo haces, la gente que lo obtiene de ti debe recibir
las mismas libertades que tú recibiste de nosotros. Y no sólo por las partes
que copiaste de nuestro programa, también por las otras partes de ese programa
que ellos reciben de ti. La totalidad de ese programa tiene que ser software
libre para ellos.
La libertad de cambiar y redistribuir este programa se convierte en un derecho
inalienable —un concepto de la Declaración de Independencia. Derechos que
nos aseguramos que no te puedan ser sustraídos. La licencia específica que
encarna la idea de copyleft es la Licencia Pública General
GNU, una licencia controvertida porque realmente tiene
fuerza como para rechazar a las personas que podrían ser parásitos de nuestra
comunidad.
Hay mucha gente que no aprecia los ideales de libertad. Y estaría
encantadísima de tomar el trabajo que hemos hecho y usarlo para tener ventaja
en la distribución de un programa no libre y tentar así a la gente para que
abandone su libertad. Si dejamos que la gente haga eso, el resultado sería que
desarrollaríamos programas libres y constantemente tendríamos que competir con
versiones mejoradas de nuestros propios programas. Eso no tiene gracia.
Mucha gente también siente: «Estoy deseando dedicar mi tiempo como voluntario
para contribuir a la comunidad, pero ¿por qué debería dedicar mi tiempo como
voluntario para mejorar el programa propietario de esa empresa?». Algunas
personas ni siquiera pensarán que eso es malo, pero quieren que les paguen si
hacen eso. Yo, personalmente, preferiría no hacerlo en absoluto.
Pero ambos grupos de personas —los que, como yo, dicen «no quiero ayudar a
que ese programa no libre consiga un punto de apoyo en nuestra comunidad» y
los que dicen, «claro, yo trabajaría para ellos, pero entonces que me
paguen»— tenemos un buen motivo para usar la licencia pública general de
GNU. Porque eso le dice a tal compañía «no puedes coger mi obra y distribuirla
sin libertad». Puesto que licencias que no son copyleft, como la licencia de X
Window, sí lo permiten.
Así que esta es la gran división entre las dos categorías de software libre en
lo que respecta a las licencias. Están los programas que tienen copyleft para
que la licencia defienda la libertad del software para todos los usuarios. Y
están los programas sin copyleft para los que están permitidas las versiones
no libres. Alguien puede coger esos programas y despojarles de
libertad. Podrías obtener ese programa en una versión no libre.
Ese problema existe hoy. Todavía hay versiones no libres de X Window que se
están usando en nuestros sistemas operativos libres. Incluso hay hardware que
no soporta realmente más que una versión no libre de X Window. Y ese es un
gran problema en nuestra comunidad. No obstante, no diría que el X Window sea
algo malo. Diría que los desarrolladores no lo hicieron de la mejor manera que
hubieran podido hacerlo. Pero sí que lanzaron mucho software que
todos podemos usar.
Hay una gran cantidad de matices debajo de la distinción entre perfecto y
malo. Hay muchas gradaciones de lo bueno y lo malo. Tenemos que resistir la
tentación de decir, «si no lo hiciste lo mejor posible, entonces no eres
bueno». La gente que creó X Window hizo una gran contribución a nuestra
comunidad. Pero hay cosas que podrían haber hecho mejor. Podrían haber puesto
copyleft a algunas partes del programa e impedido que otros distribuyeran esas
versiones que niegan la libertad.
Bien, el hecho de que la licencia pública general de GNU defienda tu libertad,
de que use la legislación de copyright para defender tu libertad, es el motivo
por el que Microsoft está atacando hoy. Veréis, a Microsoft le gustaría de
verdad ser capaz de coger todo el código que nosotros escribimos y ponerlo en
programas propietarios... que alguien hiciera algunas mejoras... o simplemente
algunos cambios para hacerlos incompatibles. [Risas del público].
Con la potencia de marketing de Microsoft, no necesitan hacer versiones
mejores para conseguir que su versión suplante a la nuestra. Simplemente
tienen que hacerla diferente e incompatible. Y luego colocarla en el
escritorio de todo el mundo. Así que verdaderamente no les gusta la GNU GPL.
Porque la GNU GPL no les permite hacer eso. No permite «adoptar y ampliar».
Dice, si quieres compartir nuestro código en tus programas, puedes. Pero tú
también tienes que compartir de forma parecida. Se nos tiene que permitir
compartir los cambios que haces. Así que se trata de una cooperación en dos
direcciones, una cooperación auténtica.
Muchas empresas —incluso grandes empresas como IBM y HP— están deseando
usar, bajo estos parámetros, nuestro software. IBM y HP aportan considerables
mejoras al software de GNU. Y también crean más software libre. Pero Microsoft
no quiere hacerlo, y hacen saber que los negocios simplemente no pueden
utilizar la GPL. Bueno, si los negocios no incluyen a IBM, HP y Sun, quizás
estén en lo cierto. [Risas del público]. Más tarde seguiré con esto.
Debería terminar el relato histórico. Observad, empezamos en 1984 no
simplemente para escribir software libre sino para hacer algo mucho más
coherente: desarrollar un sistema operativo que era por completo software
libre. Eso significaba que teníamos que escribir elemento, tras elemento, tras
elemento. Por supuesto, siempre estábamos buscando atajos. El trabajo era tan
grande que la gente decía que nunca seríamos capaces de acabarlo. Yo pensaba
que había por lo menos una posibilidad, pero obviamente merece la pena buscar
un atajo. Así que seguimos buscando. ¿Hay algún programa que otro haya escrito
y que podamos adaptar, que conectarlo aquí y así no tendremos que escribir
desde cero? Por ejemplo, el sistema X Window. Es cierto que no tenía
copyleft, pero era software libre, así que podríamos usarlo.
Bien, yo hubiera querido poner un sistema de ventanas en GNU desde el primer
día. Escribí un par de sistemas de ventanas en el MIT antes de empezar con
GNU. Y así, aunque Unix no tenía un sistema de ventanas en 1984, decidí que
GNU tendría uno. Pero nunca terminamos escribiendo un sistema de ventanas GNU,
porque apareció X. Y yo dije: «¡Bien! Un trabajazo que no tendremos que hacer.
Usaremos X.» Dije, vamos a coger X y a ponerlo en el sistema GNU. Y haremos
que las demás partes de GNU funcionen con X cuando sea apropiado. Encontramos
otros elementos de software que habían sido escritos por otros, como el
procesador de textos TeX, y un código de biblioteca de
Berkeley. En ese momento, existía el Unix Berkeley, pero no era software
libre. Inicialmente, este código de biblioteca era de un grupo diferente de
Berkeley, que investigaba sobre el punto flotante. Y así encajamos esas
piezas.
En octubre de 1985, fundamos la Free Software Foundation. Por favor,
observad que el proyecto GNU es anterior. La Free Software Foundation
llegó casi dos años después del que se anunciara el proyecto GNU. La
Free Software Foundation es una organización benéfica libre de
impuestos que recoge fondos para promover la libertad de compartir y de
intercambiar el software. Y en la década de 1980 una de las principales cosas
que hacíamos con nuestros fondos fue contratar a gente para que escribiera
partes de GNU. Programas esenciales, como shell y la biblioteca
C, fueron escritos de este modo, así como partes de otros
programas. El programa tar, que es absolutamente esencial, aunque no es nada
excitante [risas del público], fue escrito de este modo. Creo que el grep de
GNU fue escrito de este modo. Y así nos acercábamos a nuestro objetivo.
Hacia 1991 sólo faltaba un elemento principal, que era el kernel. Ahora, ¿por
qué habíamos dejado fuera el kernel? Probablemente porque no importa en qué
orden hagas las cosas, al menos técnicamente. De todos modos tienes que
hacerlas todas. Y en parte porque tenía esperanzas de que seríamos capaces de
encontrar un principio de kernel en otro lugar. Y lo hicimos. Encontramos
Mach, que había sido desarrollado en Carnegie Mellon. No era todo el kernel;
era la mitad inferior del kernel. Así que tuvimos que escribir la mitad
superior; cosas como el sistema de archivos, el código de red y así. Pero
instaladas sobre Mach funcionan esencialmente como programas de usuario, lo
cual debería hacerlas más fáciles de corregir. Puedes corregirlas al mismo
tiempo con un depurador de nivel real source. Pensé que de ese modo
seríamos capaces de conseguir que estas, las partes superiores del kernel,
estuvieran listas en poco tiempo. No sucedió así. Estos procesos no
sincrónicos y multisegmentados, que se mandan mensajes entre sí, resultaron
ser muy difíciles de corregir. El sistema basado en Mach que estábamos usando
para ir tirando tenía un entorno de corrección de fallos terrible, no era
fiable. Nos llevó años y años conseguir que el kernel de GNU funcionara.
Pero, afortunadamente, nuestra comunidad no tuvo que esperar por el kernel de
GNU porque en 1991, Linus Torvalds desarrolló otro kernel libre, llamado
Linux. Siguió el diseño monolítico pasado de moda y resulta que consiguió que
funcionara mucho más rápido de lo que nosotros conseguimos que funcionara el
nuestro. Así que quizá ese es uno de los fallos que he cometido: esa decisión
de diseño. De todos modos, al principio nosotros no supimos de Linux, porque
nunca contactó con nosotros para hablar de ello, aunque conocía el proyecto
GNU. Sin embargo, lo anunció a otras personas y en otros sitios de la red. Y
así otra gente hizo el trabajo de combinar Linux con el resto del sistema GNU
para hacer un sistema operativo libre completo, esencialmente, para hacer la
combinación de GNU y Linux. Pero no se dieron cuenta de que eso era lo que
estaban haciendo. Veréis, ellos decían, «tenemos un kernel —vamos a mirar
por ahí a ver qué otros elementos podemos encontrar para juntarlos con el
kernel». Así, miraron por ahí, y mira tú por dónde, todo lo que necesitaban ya
estaba disponible. Qué buena suerte, dijeron. [Risas del público]. «Todo está
aquí. Podemos encontrar todo lo que necesitamos. Vamos a coger todas estas
cosas diferentes, a juntarlas y tener un sistema».
No sabían que la mayoría de lo que encontraron eran elementos del sistema GNU.
Así, no se dieron cuenta de que estaban encajando Linux en el hueco del
sistema GNU. Pensaron que estaban cogiendo Linux y haciendo un sistema a
partir de Linux. Así que lo llamaron sistema Linux.
[Un miembro del público dice: «¿Pero no es tener mejor suerte que encontrar el
sistema X Window y Mach?», Stallman responde y continúa]. Cierto. La
diferencia es que la gente que desarrolló X y Mach no tenía el objetivo de
producir un sistema operativo libre completo. Fuimos los únicos en tenerlo. Y
fue nuestro tremendo trabajo el que hizo que el sistema existiera. Realmente
hicimos una parte mayor del sistema que cualquier otro proyecto. No es una
coincidencia, esa gente escribió partes útiles del sistema, pero no lo
hicieron porque quisieran terminar el sistema. Tenían otros motivos.
Bien, la gente que desarrolló X pensó que diseñar un sistema de ventanas a
través de la red sería un buen proyecto, y lo era. Resulta que nos ayudó a
producir un buen sistema operativo libre. Pero eso no es lo que ellos
anhelaban. Ni siquiera lo tenían en mente. Fue un accidente. Un beneficio
accidental. Ahora, no estoy diciendo que lo que hicieron estuviera mal.
Hicieron un gran proyecto de software libre. Eso es algo bueno. Pero no tenían
esa visión fundamental. Donde estaba esa visión era en el proyecto GNU.
Y así, nosotros fuimos los que hicimos todos esas piececitas que no hacía
nadie más, porque sabíamos que no tendríamos un sistema operativo completo sin
ellas. Y aunque fuera totalmente aburrido y no tuviera ningún romanticismo,
como tar o mv12
[risas del público], nosotros las hicimos. O Id. Ya sabéis que no hay nada muy
excitante en ld, pero yo escribí uno. [Risas del público]. Y sí que hice
esfuerzo para hacer que ocupara una cantidad mínima de disco I/O, de modo que
fuera más rápido y manejara programas más grandes. Me gusta hacer un buen
trabajo; me gusta mejorar varias cosas del programa mientras las estoy
haciendo. Pero el motivo de que lo hiciera no es que tuviera ideas brillantes
para un ld mejor. El motivo de que lo hiciera es que necesitábamos uno que
fuera libre. Y no podíamos esperar que cualquier otra persona lo hiciese. Así
que teníamos que hacerlo nosotros, o encontrar a alguien que lo hiciese.
Así, aunque llegados a este punto, miles de personas y proyectos han
contribuido a este sistema, hay un proyecto que es el motivo de que este
sistema exista, y es el proyecto GNU. Este es básicamente el sistema GNU, con
otras cosas añadidas desde entonces.
La práctica de llamar Linux al sistema ha sido un gran golpe para el proyecto
GNU, ya que normalmente no recibimos reconocimiento por lo que hemos hecho.
Pienso que Linux, el kernel, es un elemento muy útil del software libre y sólo
tengo buenas cosas que decir de él. Bueno, en realidad, puedo encontrar unas
pocas cosas malas. [Risas del público]. Pero, básicamente, tengo buenas cosas
que decir de él. De todos modos, la práctica de llamar «Linux» al sistema GNU
es simplemente un error. Me gustaría pediros que, por favor, hagáis un pequeño
esfuerzo para llamar GNU/Linux al sistema y de ese modo ayudar a que
consigamos nuestra parte del reconocimiento.
[Una persona en el público grita] «¡Necesitáis una mascota! ¡Un animal
disecado!» [Stallman responde]. Tenemos uno. [El miembro del público
contesta]. «¿De verdad?» [Stallman responde, provocando carcajadas]. Tenemos
un animal, un ñu. O sea que sí, cuando dibujéis un pingüino, dibujad un ñu al
lado. Pero vamos a dejar las preguntas para el final. Me quedan más cosas que
decir.
Entonces, ¿por qué estoy tan preocupado por esto? ¿Por qué pienso que merece
la pena importunaros y tal vez rebajar la opinión que tenéis de mí [risas del
público], mencionando el tema del reconocimiento? Cuando lo hago, algunos
pueden pensar que es porque quiero alimentar mi ego, ¿verdad? Por supuesto, no
os pido que lo llaméis «Stallmanix», ¿verdad? [Risas del público. Aplausos].
Os pido que lo llaméis GNU, porque quiero que el proyecto GNU consiga
reconocimiento. Y hay una razón muy específica para ello, que es mucho más
importante que el reconocimiento de cualquiera, en o por sí mismo. Veréis,
estos días, si miráis a vuestro alrededor, en nuestra comunidad la mayoría de
la gente que habla sobre el tema y escribe sobre el tema nunca menciona el GNU
y jamás mencionan estos objetivos de libertad —estos ideales políticos e
ideológicos—, porque el lugar del que estos proceden es GNU.
Las ideas asociadas a Linux, su filosofía, es muy diferente. Esencialmente
es la filosofía apolítica de Linus Torvalds. Así, cuando la gente
piensa que todo el sistema es Linux, tienden a pensar «Ah, todo lo habrá
empezado Linus Torvalds. Su filosofía debe ser la que deberíamos estudiar con
cuidado». Y cuando oyen algo sobre la filosofía de GNU, dicen: «Tío, esto es
tan idealista, debe ser terriblemente poco práctico. Soy un usuario de Linux,
no un usuario de GNU». [Risas del público].
¡Qué ironía! ¡Si lo supieran! Si supieran que el sistema que les gustó, o que,
en algunos casos, aman; que el sistema por el que se vuelven locos es nuestra
filosofía política idealista hecha realidad...
Aún así no tendrían por qué estar de acuerdo con nosotros. Pero al menos
verían una razón para tomárselo en serio, para darle una oportunidad. Verían
como se relaciona con sus vidas. Si cayeran en la cuenta, «estoy usando el
sistema GNU. Esta es la filosofía de GNU. Por esta filosofía existe el sistema
que tanto me gusta», al menos lo considerarían con la mente mucho más abierta.
No significa que todo el mundo vaya a estar de acuerdo. La gente piensa cosas
diferentes. Eso está bien —la gente debería formarse su propia opinión—,
pero quiero que esta filosofía reciba el beneficio del reconocimiento por los
resultados que ha logrado.
Si miras a tu alrededor en nuestra comunidad, te encontrarás con que en casi
todas partes, las instituciones están llamando Linux al sistema. Los
reporteros lo llaman en su mayoría Linux. No es correcto, pero lo hacen. Las
compañías que empaquetan el producto en su mayoría lo llaman así. Ah, y la
mayoría de esos reporteros, cuando escriben artículos, normalmente no lo
consideran como un asunto político o social. Normalmente lo están considerando
como una pura cuestión de negocios en relación a qué compañías van a tener más
o menos éxito, la cual es una cuestión bastante secundaria para la sociedad.
Y, si consideras las compañías que empaquetan el sistema GNU/Linux para el uso
de la gente, bueno, la mayoría lo llaman Linux. Y todas le añaden software no
libre.
Veréis, la GNU GPL considera que si tomas un fragmento de código, y algo de
código de un programa protegido por la GPL, y añades algo más de código para
producir un programa más grande, ese programa entero tiene que ser lanzado
bajo la GPL. Pero podrías poner otros programas separados en el mismo disco
—disco duro o CD—, y estos podrían tener otras licencias. Esto se
considera como una simple agregación. Esencialmente, distribuir dos programas
a la vez a alguien no es algo sobre lo que tengamos nada que decir. Así que de
hecho, no es cierto —a veces me gustaría que fuese cierto— que si una
empresa usa un programa protegido por la GPL en un producto, el producto
entero tenga que ser software libre. No lo es —no toma ese alcance, esa
extensión. Se trata del programa entero. Si hay dos programas separados que se
comunican entre sí a distancia —como enviándose mensajes entre sí—
entonces, por lo general, están legalmente separados. Así estas empresas,
añadiendo software no libre al sistema, le están dando a los usuarios una idea
muy mala, filosófica y políticamente. Le están contando a los usuarios que «no
usar software libre está bien. Incluso nosotros se lo estamos poniendo como un
extra».
Si observas las revistas sobre el uso del sistema GNU/Linux, la mayoría de
ellas tienen un título como «Linux esto o lo otro». Así la mayor parte del
tiempo llaman Linux al sistema. Y están llenas de anuncios de software no
libre que puedes instalar sobre el sistema GNU/Linux. Esos anuncios tienen un
mensaje común. Dicen: «El software no libre es bueno para ti. Es tan bueno que
incluso podrías pagar para conseguirlo». [Risas del público].
Llaman a estas cosas «paquetes de valor añadido», lo cual significa una
afirmación de sus valores. Están diciendo: valora la comodidad práctica, no la
libertad. Yo no estoy de acuerdo con esos valores, así que los llamo «paquetes
de libertad sustraída». [Risas del público]. Porque si te has instalado un
sistema operativo libre, entonces estás viviendo en el mundo libre. Disfrutas
de los beneficios de la libertad que tantos años hemos trabajado para darte.
Aquellos paquetes te dan la oportunidad de atarte con una cadena.
Ahora bien, si observas las exposiciones comerciales dedicadas al uso del
sistema GNU/Linux, todas se llaman a sí mismas «exposiciones de Linux». Y
están llenas de casetas que exhiben software no libre, poniendo el sello de
aprobación al software no libre. Así, casi en cualquier sitio que mires de
nuestra comunidad, las instituciones están autorizando el software no libre,
negando totalmente la idea de libertad por la que se desarrolló GNU. Y el
único lugar donde la gente se puede encontrar con la idea de la libertad es en
contacto con GNU y en contacto con el software libre, con el concepto de
software libre. Por eso os pido: por favor llamad GNU/Linux al sistema. Por
favor haced consciente a la gente de dónde vino el sistema y por qué.
Por supuesto, simplemente con decir ese nombre no estarás dando una
explicación de la historia. Puedes teclear cuatro caracteres más y escribir
GNU/Linux; puedes decir dos sílabas más. Pero GNU/Linux tiene menos sílabas
que Windows 2000. [Risas del público]. No les estás contando mucho, pero les
estás preparando, de modo que cuando oigan hablar de GNU, y de qué va, verán
cómo eso se conecta con ellos y con sus vidas. Y eso, indirectamente, marca
una tremenda diferencia. Así que por favor, ayudadnos.
Habréis advertido que Microsoft llamó a la GPL una «licencia open
source». No quieren que la gente piense en términos de que la cuestión sea la
libertad. Encontraréis que invitan a pensar a la gente de forma cerrada, como
consumidores y, por supuesto, ni siquiera a pensar de una forma muy racional
como consumidores, ya que van a elegir productos de Microsoft. Pero no quieren
que la gente piense como ciudadanos. Eso va en su contra. Al menos en contra
de su actual modelo de negocio.
Ahora bien, el software libre... bueno, os puedo contar cómo se relaciona
el software libre con nuestra sociedad. Un tema secundario que podría ser de
interés para algunos de vosotros es cómo se relaciona el software libre con
los negocios.
Bien, en realidad, el software libre es tremendamente útil para los negocios.
Después de todo, la mayoría de las empresas de los países avanzados usan
software. Y sólo una fracción diminuta de ellos desarrolla software.
El software libre es tremendamente ventajoso para cualquier empresa que use
software, porque significa que están en condiciones de adquirir control. En
esencia, el software libre significa que los usuarios tienen el control de lo
que hace el programa. Tanto individualmente, si les importa lo suficiente
tenerlo, como colectivamente, cuando les importa lo suficiente tenerlo.
Cualquiera que se preocupe lo suficiente puede ejercer alguna influencia. Si
no te importa, no lo compras. Entonces usas lo que prefiere otra gente. Pero
si te importa, entonces tienes una voz. Con el software propietario,
esencialmente no tienes ninguna voz.
Con el software libre, puedes cambiar lo que quieres cambiar. Y no importa que
no haya programadores en tu empresa; no importa. Si quisieras mover los muros
de tu edificio, no tienes que tener una empresa de carpintería. Simplemente
tienes que ser capaz de encontrar un carpintero y decir, «¿Qué me cobrarás por
este trabajo? ¿Y cuándo lo tendrás terminado?». Y si no hacen el trabajo,
puedes ir y encontrar a otro.
Existe un mercado libre de asistencia técnica. De tal forma que cualquier
negocio que se preocupe por la asistencia encontrará una tremenda ventaja en
el software libre. Con el software propietario, la asistencia es un monopolio,
porque una compañía tiene el código fuente —o quizás un pequeño número de
empresas, que pagaron una cantidad gigantesca de dinero, tienen el código
fuente, como en el caso del programa de fuente compartida de Microsoft, pero
son muy pocas. Así que no hay tienes muchas posibilidades de asistencia. Y
eso significa que a menos que seas un auténtico gigante, no les importas. Tu
empresa no es lo suficientemente importante para que ellos se preocupen si
pierden tu negocio o lo que pase con él. Una vez que empiezas a usar el
programa, se imaginan que estás atrapado y obligado a recibir su asistencia,
porque cambiarse a un programa diferente es un trabajo gigantesco. Así que
terminas haciendo cosas como pagar por el privilegio de informar de un fallo.
[Risas del público]. Y una vez que has pagado, te dicen, «bueno, vale, hemos
advertido tu informe de fallos. Y en unos pocos meses, puedes comprar una
nueva versión, y puedes comprobar si lo hemos arreglado». [Risas del público].
Los proveedores de asistencia de software libre no pueden salirse con la suya.
Tienen que complacer a los clientes. Por supuesto, puedes conseguir mucha
buena asistencia gratuita. Cuelgas tu problema en Internet. Quizá recibas una
respuesta al día siguiente. Pero esto no se puede garantizar, por supuesto. Si
quieres estar seguro, será mejor que llegues a un acuerdo con una empresa y
les pagues. Y esta es, por supuesto, una de las maneras en que funcionan los
negocios de software libre.
Otra ventaja del software libre para empresas que usan software es la
seguridad y la privacidad. Y esto también incumbe al uso individual, aunque lo
haya sacado a relucir en el contexto de los negocios. Veréis, cuando un
programa es propietario, ni siquiera podríais saber qué hace en realidad.
Podría tener características incluidas deliberadamente que si las conocieras
no te gustarían. Por ejemplo, podría tener una puerta trasera para permitir al
creador introducirse en tu máquina. Podría fisgar en lo que haces y devolver
la información. Esto no es inusual. Algunos programas de Microsoft lo hacían.
Pero no sólo incumbe a Microsoft. Hay otros programas propietarios que se
inmiscuyen en las actividades del usuario. Y ni siquiera notarías si lo está
haciendo. Y, por supuesto, incluso asumiendo que el fabricante sea
completamente honesto, todo programador comete errores. Podría haber fallos
que afectan a tu seguridad que no son culpa de nadie. Pero el asunto es: si no
es con software libre, no puedes encontrarlos. Y no puedes arreglarlos.
Nadie tiene tiempo para revisar la fuente de cada programa que instala. No vas
a hacer eso. Pero junto al software libre hay una extensa comunidad y hay
gente en esa comunidad que revisa las cosas. Tú te beneficias de sus
revisiones, porque si hay un fallo accidental, que seguramente puede haber de
vez en cuando en cualquier programa, podrían encontrarlo y arreglarlo. La
gente es mucho menos propensa a meter deliberadamente un troyano, o un
programa para fisgar, si piensan que les pueden pillar. Los fabricantes de
software propietario se imaginan que no les van a pillar. Se saldrán con la
suya sin ser detectados. Pero un fabricante de software libre se tiene que
imaginar que la gente se fijará en ello y verá que está allí. En nuestra
comunidad no nos parece que podamos escaquearnos si a los usuarios les metemos
por la fuerza una característica que a ellos no les gusta. Sabemos que si a
los usuarios no les gusta, harán una versión modificada que no la tenga. Y
entonces todos empezarán a usar esa versión.
De hecho, todos podemos razonar suficientemente, podemos suponer con
suficientes pasos de antelación que probablemente no incluyamos tal
característica. Después de todo, estás escribiendo un programa libre, quieres
que a la gente le guste tu versión; no quieres incluir algo que la mayoría de
la gente va a odiar y que después va a elegir una versión modificada en lugar
de la tuya. Así que simplemente te das cuenta de que el usuario es el rey en
el mundo del software libre. En el mundo del software propietario, el cliente
no es el rey, ya que sólo eres un mero cliente. No tienes ninguna voz sobre el
software que usas.
A este respecto, el software libre es un nuevo engranaje para que actúe la
democracia. El profesor Lessig,13 ahora en Stanford, advirtió que el código
funciona como una especie de ley. Quienquiera que llegue a escribir el código
que casi todo el mundo usa, para cualquier intención o propósito, está
escribiendo las leyes que conducen la vida de la gente. Con el software libre,
estas leyes se escriben de forma democrática. No la forma clásica de la
democracia —no hacemos unas grandes elecciones y decimos «que todo el mundo
vote la manera en que debería hacerse esta característica». [Risas del
público]. En su lugar decimos, esencialmente, aquellos de vosotros que queráis
trabajar en implementar una característica de tal manera, hacedlo. Y los que
queráis trabajar en implementar esta característica de esa otra manera,
hacedlo. Y, de una manera u otra, se hace. Y así, si mucha gente lo quiere de
este modo, se hará de este modo. De esta manera, todo el mundo contribuye a la
decisión social simplemente dando pasos en la dirección que quiere seguir.
Personalmente eres libre de dar tantos pasos como quieras dar. Un negocio es
libre de encargar trabajos pasos como se consideren útiles. Y después de sumar
todos estos aspectos, descubrimos hacia qué dirección va la producción de
software. A menudo es muy útil ser capaz de sacar elementos de algún programa
existente —presumiblemente elementos grandes, por supuesto— y entonces
escribir cierta cantidad de código propio, producir un programa que haga
exactamente lo que necesitas, lo cual te hubiera costado muchísimo si hubieras
tenido que escribirlo desde cero, si no hubieras podido canibalizar elementos
grandes de algún paquete de software existente.
Otra cosa, que resulta del hecho de que el usuario sea el rey, es que tendemos
a ser muy buenos en cuanto a compatibilidad y estandarización. ¿Por qué?
Porque a los usuarios les gusta. Los usuarios son propensos a rechazar un
programa que incluya incompatibilidades arbitrarias. Ahora bien, a veces hay
cierto grupo de usuarios que realmente necesita algún tipo de
incompatibilidad, y entonces la tienen. Está bien. Pero cuando los usuarios
quieren seguir un estándar, nosotros los desarrolladores tenemos que seguirlo,
y lo sabemos. Y lo hacemos. Por contraste, si te fijas en los fabricantes de
software propietario, a menudo encuentran ventajoso no seguir deliberadamente
un estándar y no porque piensen que de esa manera le están dando al usuario
una ventaja, sino más bien porque se están imponiendo al usuario, lo están
atrapando. Incluso te los encontrarás haciendo cambios en sus formatos de
archivo de vez en cuando, sólo para forzar a la gente a obtener la última
versión.
Los documentalistas14 se están encontrando ahora con un problema, a
menudo no se puede acceder a los archivos escritos por un ordenador de hace
diez años; estaban escritos en software propietario que ahora en su mayor
parte se ha perdido. Si estuvieran escritos en software libre, entonces
podrían actualizarse y utilizarse; y esas grabaciones no se habrían perdido,
no serían inaccesibles. Incluso se estaban quejando de esto en la
National Public Radio15
al citar el software libre como una solución. En efecto, al usar un programa
no libre para almacenar tus datos, te estás colgando una soga al cuello.
He hablado sobre cómo afecta el software libre a la mayoría de los negocios.
Pero ¿como afecta al particular y estrecho ámbito de los negocios de software?
Bueno, la respuesta es que no afecta gran cosa. Y la razón es que el 90 por
ciento de la industria del software, por lo que se me ha dicho, se dedica a la
fabricación de programas personalizados, software que no está en absoluto
pensado para ser publicado. Para el software personalizado, esta cuestión, o
la cuestión ética de software libre o propietario, no aparece. Veréis, esta
cuestión es, ¿sois libres los usuarios de modificar y redistribuir software?
Si solo hay un usuario, y a ese usuario le pertenecen los derechos, no hay
problema. Ese usuario es libre de hacer todas esas cosas. Así, en efecto,
cualquier programa personalizado que fuera fabricado por una compañía para uso
doméstico es software libre, siempre que tenga la sensatez de insistir en
obtener el código fuente y todos los derechos.
La cuestión no atañe el software que va en un reloj o en un microondas o en el
motor de un coche, porque en esos lugares no te descargas software para
instalar. No es un auténtico ordenador, en lo que concierne al usuario, así
que no implica suficientemente a estas cuestiones como para ser éticamente
importantes. Así, en su mayor parte, la industria del software continuará como
lo ha hecho hasta ahora. Y lo interesante es que dado que una fracción tan
grande de los trabajos está en esa parte de la industria, incluso si no
hubiera posibilidades para los negocios de software libre, los fabricantes de
software libre podrían conseguir trabajo escribiendo software personalizado.
[Risas del público]. Hay muchos; la proporción es muy grande.
Pero, como de hecho sucede, hay negocios de software libre. Hay empresas de
software libre, y en la rueda de prensa que voy a dar, se me van a unir
personas procedentes de un par de estas empresas. Por supuesto, también hay
empresas que no son negocios de software libre pero que desarrollan elementos
útiles de software libre, y el software libre que producen es considerable.
Bien, ¿cómo funcionan los negocios de software libre? Bueno, algunos de ellos
venden copias. Tú eres libre de copiarlo pero aún así se pueden vender miles
de copias al mes. Otros venden asistencia y distintas clases de servicios. Yo,
personalmente, durante la segunda mitad de los ochenta, vendía servicios de
asistencia técnica de software libre. Básicamente, decía, por 200 dólares la
hora cambiaré lo que quieras que cambie en el software GNU que he escrito. Sí,
era un precio excesivo, pero al ser un programa del que yo era autor, la gente
podía suponer que tendría terminado el trabajo en muchas menos horas. [Risas
del público]. Y me ganaba la vida de este modo. En realidad, ganaba más de lo
que nunca había ganado antes. También impartí clases. Y seguí haciéndolo hasta
1990, cuando recibí un gran premio16 y no tuve que hacerlo más.
Sin embargo, fue en 1990 cuando se formó la primera empresa de software libre,
Cygnus Support. Su negocio consistía en hacer, básicamente, las mismas cosas
que yo había estado haciendo. Ciertamente podría haber trabajado para ellos,
si lo hubiera necesitado. Como no lo necesitaba, me pareció que era bueno para
el movimiento que me mantuviera independiente de cualquier empresa. De ese
modo, podría decir cosas buenas y malas sobre las diferentes empresas de
software libre y software no libre, sin entrar en un conflicto de intereses.
Me pareció que podría servir más al movimiento. Pero si lo hubiera necesitado
para ganarme la vida, claro que habría trabajado para ellos. Es un negocio
ético en el que se puede estar. No había motivos de sentirme avergonzado si
hubiera trabajado para ellos. Y esa compañía dio beneficios desde el primer
año. Se formó con muy poco capital, sólo el dinero que tenían sus tres
fundadores. Y siguió creciendo cada año y siendo rentable cada año hasta que
se volvieron ambiciosos y buscaron inversores externos y entonces lo
desbarataron todo. Pero fueron varios años de éxito, antes de que se volvieron
ambiciosos.
Esto ilustra una de las cosas excitantes que tiene el software libre. El
software libre demuestra que no necesitas captar capital para desarrollar
software libre. Quiero decir, es útil, tenerlo puede ayudar. Si consigues
capital, puedes contratar gente y hacer que escriban un montón de software.
Pero puedes hacer mucho con una pequeña cantidad de gente. En realidad, la
tremenda eficacia del proceso de desarrollar software libre es uno de los
motivos de que sea importante para el mundo cambiarse al software libre.
También desmiente lo que dice Microsoft, cuando dicen que la GNU GPL es mala
porque hace que sea más difícil para ellos captar capital para fabricar
software no libre, coger nuestro software libre y poner nuestro código en los
programas que no compartirán con nosotros. En esencia, no necesitamos que
ellos consigan el capital de ese modo. Haremos el trabajo de todos modos. Ya
lo estamos haciendo.
La gente nos solía decir que nunca podríamos hacer un sistema operativo
completo. Pues bien, hemos hecho eso y una cantidad de cosas tremendamente
mayor. Y yo diría que estamos cerca de desarrollar todo el software publicado
de interés general necesario en el mundo. Y esto en un mundo donde más del 90
por ciento de los usuarios todavía no usa software libre, y también en un
mundo donde más de la mitad de los servidores web en el mundo funcionan con
GNU/Linux con Apache como servidor web.
Pregunta. [inaudible] ¿Qué dijiste antes, Linux?
Stallman. Dije GNU/Linux.
Pregunta. ¿De verdad?
Stallman. Sí, si estoy hablando del kernel, lo llamo Linux.
Es que es su nombre. El kernel fue escrito por Linus Torvalds, y sólo
deberíamos llamarlo por el nombre que escogió, por respeto al autor.
De todas formas, en general, en las empresas la mayoría de los usuarios no
usan GNU/Linux. La mayoría de los usuarios domésticos no usan nuestro sistema
todavía. Cuando lo hagan, deberíamos automáticamente tener 10 veces más
voluntarios y 10 veces más clientes para los negocios de software libre de los
que hay. Eso nos llevará a esa magnitud. Así que en este punto, estoy bastante
seguro de que podemos hacer el trabajo.
Esto es importante, porque Microsoft apela a que estemos desesperados. Dicen:
«La única manera en que puedes tener software para instalar, la única manera
de que tengas innovación, es si nos das poder. Permítenos que te dominemos.
Déjanos controlar lo que puedes hacer con el software que estás utilizando, de
modo que podamos exprimirte mucho dinero y usar una parte de él para
desarrollar software, y quedarnos el resto como beneficios».
Bueno, jamás deberías sentirte tan desesperado. Jamás deberías sentirte tan
desesperado como para abandonar tu libertad. Eso es muy peligroso.
Otra cosa que Microsoft, bueno, no sólo Microsoft... la gente que no apoya el
software libre, es que generalmente adopta un sistema de valores en el que lo
único que importa son los beneficios a corto plazo: ¿Cuánto dinero voy a ganar
este año? ¿Cuánto trabajo puedo terminar hoy? Pensamiento a corto plazo y
pensamiento estrecho. Asumen que es ridículo imaginar que cualquiera pueda
nunca hacer un sacrificio en nombre de la libertad.
Ayer,17 mucha gente estaba haciendo
discursos sobre estadounidenses que hicieron sacrificios por la libertad de
sus compatriotas. Algunos de ellos hicieron grandes sacrificios. Incluso
sacrificaron sus vidas por las libertades de las que todo el mundo en nuestro
país ha oído hablar. (Al menos en algunos casos; supongo que tenemos que
ignorar la guerra en Vietnam.)
Pero, afortunadamente, mantener nuestra libertad para usar software no exige
grandes sacrificios. Sólo son necesarios diminutos, pequeños sacrificios, como
aprender una interfaz de línea de comandos si todavía no tenemos una interfaz
gráfica de usuario. Como hacer el trabajo de esa manera, porque no tenemos un
paquete de software libre para hacerlo de aquella otra manera todavía. Como
pagar algo de dinero a una compañía que va a desarrollar tal paquete de
software libre, de modo que puedas tenerlo en unos pocos años. Pequeños
sacrificios que todos podemos hacer. Y a largo plazo, incluso nosotros nos
beneficiaremos de ellos. Sabéis, en realidad es más una inversión que un
sacrificio. Sólo debemos tener suficiente visión a largo plazo para darnos
cuenta de que es bueno para nosotros que invirtamos en mejorar nuestra
sociedad, sin contar cada céntimo de calderilla de quién consigue qué parte
del beneficio en esa inversión.
Así que, llegados hasta este punto, puedo decir que básicamente he terminado.
Me gustaría mencionar que hay un nuevo acercamiento a los negocios de software
libre propuesto por Tony Stanco, que él llama «desarrolladores libres», que
implica una estructura empresarial que espera distribuir eventualmente cierta
cantidad de beneficios a todos los autores de software libre que se hayan
unido a la organización. Ahora están fijándose en la perspectiva de conseguir
un gran contrato gubernamental de desarrollo informático en la India, ya que
van a usar software libre como base y de ese modo tener tremendos ahorros en
los costes.
Bueno, supongo que ahora tengo que pediros que preguntéis.
Pregunta. ¿Cómo podría una compañía como
Microsoft incluir un contrato de software libre?
Stallman. Bueno, realmente, Microsoft está planeando
desplazar muchas de sus actividades a los servicios [de asistencia]. Y lo que
planean hacer es algo sucio y peligroso, que es atar los servicios a los
programas, un programa un servicio, en una suerte de zigzag. De modo que para
usar un servicio, tienes que estar usando este programa de Microsoft, esto va
a significar que necesitas usar este servicio, este programa de
Microsoft... así que todo está atado. Ese es su plan.
Ahora bien, lo interesante es que vender esos servicios no implica ninguna
cuestión ética sobre la elección entre software libre o no libre.
Perfectamente, podría ser que ellos tuvieran ese negocio para vender esos
servicios en la red. De todos modos, lo que Microsoft planea es usarlos para
echar un cerrojazo aún mayor, un monopolio aún más grande sobre el software y
los servicios; esto ha sido descrito en un artículo reciente, creo que
apareció en el Business Week. Otros dicen que está convirtiendo la red en la
Ciudad Empresarial de Microsoft.
Esto es relevante porque el tribunal que cursó la demanda antimonopolio contra
Microsoft recomendó dividir la compañía —pero de una forma que no tenía
sentido y que no haría ningún bien en absoluto— en dos partes: la de
sistemas operativos y la de aplicaciones.
Sin embargo leyendo ese artículo, veo útil y efectivo dividir Microsoft en dos
partes, la de servicios y la de software, para obligarles a que se traten sólo
a distancia, de modo que la de servicios deba publicar sus interfaces para que
cualquiera pueda escribir a un terminal para contactar con ellos, supongo que
a cambio de un precio. En cualquier caso, ese es un asunto completamente
distinto.
Si Microsoft se divide de esta forma... servicios y software, no serán
capaces de usar su software para machacar a la competencia de los servicios de
Microsoft. Y no serán capaces de usar sus servicios para machacar a la
competencia del software de Microsoft. Nosotros seremos capaces de producir
software libre y quizá vosotros lo utilicéis para tratar con Microsoft
Servicios, a nosotros no nos importará.
Porque, después de todo, aunque Microsoft es la empresa de software
propietario que ha sojuzgado a un mayor número de gente, las otras también han
sojuzgado, aunque menos, pero no porque no lo hayan intentado; [risas del
público], simplemente no han tenido éxito en sojuzgar a tanta gente. Así, el
problema no es Microsoft y sólo Microsoft. Microsoft sólo es el mayor ejemplo
del problema que intentamos resolver, que es la usurpación de la libertad de
los usuarios para cooperar y formar una sociedad ética por parte del software
propietario. De esta forma, no debemos centrarnos demasiado en Microsoft,
aunque me hayan dado la oportunidad de estar en este estrado. Eso no les hace
tan importantes. No son el principio y el final de todo.
Pregunta. Antes, estabas tratando las diferencias
filosóficas entre el software open source y el software libre. ¿Qué
te parece la actual tendencia de las distribuciones de GNU/Linux que se dirige
a soportar sólo plataformas de Intel?
Stallman. No veo que aquí haya ninguna cuestión ética.
Aunque, de hecho, las empresas fabricantes de ordenadores a veces llevan
instalado el sistema GNU/Linux. Aparentemente HP lo ha hecho recientemente. Y
no se molestaron en pagar una migración a Windows, porque les habría costado
demasiado. Pero conseguir que GNU/Linux fuera instalable supuso, creo, el
trabajo cinco ingenieros durante unos cuantos meses. Era
fácil de hacer.
Ahora bien, por supuesto, yo animo a la gente a usar autoconf, que es un
paquete de GNU que hace más fácil migrar tus programas. Les animo a hacerlo.
Cuando una arregla un fallo que no se compilaba en una versión del sistema y
te lo manda, deberías incluirlo. Pero no veo que esto sea una cuestión ética.
Pregunta. Dos comentarios. Uno es: recientemente, diste una
charla en el MIT. Leí la trascripción. Alguien te preguntó sobre las patentes,
y tu dijiste que «las patentes son un asunto completamente distinto. No tengo
nada que decir sobre eso».
Stallman. . Cierto. En realidad tengo mucho que decir sobre
las patentes, pero nos llevaría una hora. [Risas del público].
Pregunta. Me refería a que, me parece que hay todo un
problema detrás. Quiero decir, un motivo por el que las empresas llaman a las
patentes y al copyright con palabras como propiedad, pura y dura, es porque
intentan construir este concepto para usar el poder del Estado y crear una
corriente de monopolio que les sea favorable. Y así, lo que estas cosas tienen
en común no es que giren en torno a la misma cuestión, sino que su motivación
no es realmente la de servicio público, sino la determinación de las empresas
de conseguir un monopolio favorable a sus intereses privados.
Stallman. Tienes razón, eso es lo que quieren. Pero hay otro
motivo por el que quieren usar el concepto de propiedad intelectual. Y es que
no quieren animar a la gente a pensar con cuidado sobre la cuestión de las
patentes y del copyright. Porque la legislación de copyright y la de patentes
son totalmente distintas, y los efectos del copyright sobre el software y las
patentes de software son totalmente diferentes.
Las patentes de software suponen una restricción para los programadores, ya
que les prohíbe escribir cierto tipo de programas, mientras que el copyright
no hace eso. Con el copyright, tienes permiso de distribución, al menos si los
has escrito tú. Así que es tremendamente importante separar los dos problemas.
Tienen un poco en común, sólo en un nivel muy básico, todo lo demás es
diferente. Así que, por favor, para fomentar la claridad de las ideas, debatid
sobre el copyright o debatid sobre las patentes. Pero no debatáis sobre la
propiedad intelectual. Yo tengo opiniones diferentes sobre el copyright, sobre
las patentes y sobre el software.
Pregunta. Has mencionado al principio que un lenguaje
funcional, como las recetas, es como un programa informático. Pero hay mucha
diferencia entre las recetas de cocina y los programas informáticos, entre la
lengua inglesa y los programas informáticos —la definición de lenguaje
funcional es muy amplia. Esto está causando problemas en el caso de los DeCSS
y el DVD.
Stallman. Para las cosas que no son funcionales por
naturaleza, los problemas son parcialmente similares pero también parcialmente
distintas. Parte del problema se puede trasladar, pero no todo. Por desgracia,
esto implicaría otra hora de charla. No tengo tiempo para entrar en este tema.
Pero yo diría que todas las obras funcionales deberían ser libres en el mismo
sentido que el software. Ya sabéis, libros de texto, manuales, diccionarios,
recetas, y así.
Pregunta. Me estaba preguntando sobre la música en Internet.
Hay similitudes y diferencias.
Stallman. Cierto. Yo diría que la libertad mínima que
deberíamos tener para cualquier tipo de información publicada es la libertad
de redistribuirla no comercialmente, en toda su extensión. Para obras
funcionales, necesitamos la libertad de publicar comercialmente versiones
modificadas, porque eso es tremendamente útil para la sociedad. Para las obras
no funcionales —ya sabéis, el entretenimiento, o las obras estéticas, o
aquellas que manifiestan el punto de vista de una determinada persona— quizá
no deberían ser modificadas. Y quizá eso signifique que está bien que el
copyright cubra toda su distribución comercial.
Por favor recordad que según la Constitución de EEUU, el propósito de
cualquier copyright es beneficiar al público. Se trata de modificar el
comportamiento de ciertas sujetos privados, de tal forma que publiquen más
libros. Y el beneficio que se deriva es que la sociedad puede discutir
diversas cuestiones y aprender. Ya sabéis, tenemos literatura. Tenemos obras
científicas. El propósito es fomentarlas. El copyright no existe para el
beneficio de los autores, ni mucho menos para beneficio de los editores.
Existe para el beneficio de los lectores y de todos aquellos que se benefician
de la transmisión de información que se produce cuando la gente escribe y los
demás leen. Yo estoy de acuerdo con esa meta.
Sin embargo, en la época de las redes informáticas, el método ya no se
sostiene, en la medida en que requiere leyes draconianas que invaden la
intimidad y aterrorizan a todo el mundo. Ya sabéis, podéis pasar años de
prisión por compartir con el vecino. Esto no pasaba en la época de la
imprenta. Entonces el copyright era una regulación industrial. Restringía a
los editores. Ahora es una restricción impuesta por los editores al público.
Así que las relaciones de fuerza han virado 180 grados, aunque se trate de la
misma ley.
Pregunta. ¿De este modo, puede ser como cuando se saca
música a partir de otra música?
Stallman. Cierto. Esa es una interesante...
Pregunta. Y las obras nuevas, originales, sabes, también
suponen mucha cooperación.
Stallman. Sí. Y pienso que probablemente requiera algún tipo
de concepto de uso razonable. Ciertamente coger unos pocos segundos de
sample y usarlo para producir una pieza musical, obviamente eso
debería entenderse como uso razonable. Incluso la idea estándar de uso
razonable incluye eso, si lo piensas. No estoy seguro de que los tribunales
estuviesen de acuerdo, pero deberían. No supondría un auténtico cambio en el
sistema tal y como ha existido.
Pregunta. ¿Qué piensas sobre la publicación de información
pública en formatos propietarios?
Stallman. Ah, no se debería hacer. Quiero decir, el gobierno
nunca debería obligar a los ciudadanos a usar un programa no libre para
acceder, para comunicarse con el gobierno de cualquier manera, en cualquier
dirección.
Pregunta. Yo he sido, lo que ahora llamaré un usuario de
GNU/Linux...
Stallman. Gracias. [Risas del público].
Pregunta. ... desde los últimos cuatro años, lo único
que ha sido problemático para mí, y es algo que es esencial, pienso, para
todos nosotros, es navegar por Internet.
Stallman. Sí.
Pregunta. Algo que decididamente ha sido el punto débil de
usar el sistema GNU/Linux ha sido navegar por Internet, porque la herramienta
más usada para esto, es Netscape...
Stallman. No es software libre. Permíteme que te responda a
esto. Quiero tratar este punto en aras de comprender mejor. Ha existido una
tendencia terrible a que la gente use el navegador Netscape en sus sistemas
GNU/Linux. De hecho, todos los sistemas empaquetados comercialmente vienen con
él. Así que esta es una situación irónica: trabajamos muy duro para hacer un
sistema operativo libre, y ahora, si vas a la tienda, puedes encontrar
versiones de GNU/Linux, la mayoría se llaman Linux, y no son libres. Bueno,
una parte sí lo es. Pero luego está el navegador Netscape y quizás también
otros programas no libres. Así que actualmente es muy difícil encontrar un
sistema libre, a no ser que sepas muy bien lo que haces. O, por supuesto, que
no te puedas instalar el navegador Netscape.
Ahora bien, en realidad, existen navegadores web libres desde hace muchos
años. Existe un navegador web libre que yo solía usar llamado Lynx. Es un
navegador web libre que no es gráfico; sólo texto. Esto tiene un tremenda
ventaja, y es que no ves los anuncios. [Risas del público]. [Aplausos].
Pero de todos modos, hay un proyecto gráfico libre llamado Mozilla, que ahora
está llegando al punto de que pueda ser usado. Yo lo uso ocasionalmente.
Pregunta. Konqueror 2.01 es muy bueno.
Stallman. Ah, vale. Pues ese es otro navegador gráfico
libre. Así, finalmente estamos resolviendo el problema, supongo.
Pregunta. ¿Me puedes decir algo sobre esa división
filosófico/ética entre el software libre y open source? ¿Crees que
son irreconciliables?... [Se cambia la cinta de grabación y se pierde el
final de la pregunta y el comienzo de la respuesta].
Stallman. ... a una libertad y a la ética. O si dices,
bueno, espero que las empresas decidáis que es más rentable que nos permitáis
hacer estas cosas.
Pero, como he dicho, en buena parte del trabajo práctico no importa de verdad
cuáles sean las motivaciones políticas de una persona. Cuando una persona se
ofrece a ayudar al proyecto GNU, no le decimos: «Tienes que estar de acuerdo
con nuestras políticas». Decimos que en un paquete GNU tiene que llamar al
sistema GNU/Linux y que tiene que llamarlo software libre. Lo que digas cuando
no estés hablando del proyecto GNU, es cosa tuya.
Pregunta. La empresa IBM inició una campaña dirigida a las
agencias gubernamentales para vender sus nuevas grandes máquinas, en la que
usaban Linux como reclamo, y lo llamaban Linux.
Stallman. Sí. Por supuesto, realmente es el sistema
GNU/Linux. [Risas del público].
Pregunta. ¡Eso es! Bueno, pues el director de ventas no
sabía nada de GNU.
Stallman. Sí. El problema es que ya han decidido con mucho
cuidado qué es lo que quieren decir en razón de su provecho. Y la cuestión
sobre qué forma de describirlo es más precisa, o justa, o correcta no es la
cuestión fundamental que preocupa a una empresa como esa. Bien, en algunas
pequeñas empresas, sí, habrá un jefe. Y si el jefe está inclinado a pensar
sobre ese tipo de cosas, podría tomar una decisión en ese sentido. Pero no una
corporación gigantesca. Es una pena.
Hay otro asunto más importante y más sustancial acerca de lo que está haciendo
IBM. Están diciendo que están invirtiendo un billón de dólares en «Linux».
Pero quizás también debería ponerle comillas a «invirtiendo en», porque parte
de ese dinero está pagando a gente para que desarrolle software libre. Esa es
de verdad una contribución a nuestra comunidad. Sin embargo, otras divisiones
están pagando a la gente para que escriba software propietario, o para
instalar software propietario sobre GNU/Linux y esa no es una contribución a
nuestra comunidad. IBM lo está mezclando todo. Algo de esto pueda ser quizás
propaganda, y es parcialmente una contribución, aunque en parte sea
incorrecta. Es un tema difícil. Parte de lo que hacen es una contribución y
parte no, y parte es algo así... pero no exactamente. Y no puedes mezclarlo
todo y pensar «¡Guau! Un billón de dólares de IBM». [Risas del público]. Es
simplificarlo demasiado.
Pregunta. ¿Puedes hablar un poco más sobre las ideas que
sustentaron la GPL?
Stallman. ¿El pensamiento que sustentó la GPL? En parte
quería proteger la libertad de la comunidad contra el fenómeno que ya he
descrito con X Window, que también ha sucedido con otros programas de
software libre. En realidad, cuando yo empecé a pensar sobre este asunto, el
caso de X Window todavía no se había presentado. Pero ya había visto como
pasaba lo mismo con otros programas libres. Por ejemplo, TeX. Quería
asegurarme de que todos los usuarios tuvieran libertad. De otro modo, me di
cuenta de que podría escribir un programa y quizá mucha gente usaría el
programa, pero no tendría libertad. ¿Y qué sentido tendría eso?
Pero la otra cuestión sobre la que estaba pensando era que quería dar a la
comunidad la sensación de que no era un felpudo, la sensación de que no tenía
que ser presa de cualquier parásito que pasara por ahí. Si no usas copyleft,
esencialmente estás diciendo: [hablando dócilmente] «Coge mi código. Haz lo
que quieras. No digo que no». Así que cualquiera puede aparecer y decir:
[hablando con mucha firmeza] «Ah, quiero hacer una versión no libre de esto.
Me lo llevo». Y entonces, por supuesto, posiblemente hagan algunas mejoras,
esas versiones no libres podrían atraer a los usuarios y sustituir las
versiones libres. Y entonces, ¿qué has conseguido? Simplemente habrás hecho
una donación a algún proyecto de software propietario.
Cuando la gente ve que eso está sucediendo, cuando la gente ve que otra gente
se lleva lo que hago y jamás dan nada a cambio, puede llegar a ser
desmoralizante. Y esto no es sólo una especulación. Lo he visto pasar. Esto
era en parte lo que sucedió cuando se extinguió la vieja comunidad a la que yo
había pertenecido en la década de 1970. Algunos empezaron a dejar de ser
cooperativos. Nosotros asumimos que se estaban lucrando. Ciertamente actuaban
como si pensaran que se estaban lucrando. Y nosotros nos dimos cuenta de que
ellos podían aprovechar nuestra cooperación y no dar nada a cambio. No había
nada que pudiéramos hacer al respecto. Era descorazonador. Nosotros, aquellos
de nosotros a los que no nos gustaba esa tendencia, llegamos a discutir sobre
el asunto pero no pudimos sacar ninguna idea de cómo detenerlo.
La GPL está diseñada para impedir eso. Dice: «Sí, sois bienvenidos de uniros a
la comunidad y usar este código». Podéis usarlo para hacer todo tipo de
trabajos. Pero, si publicáis una versión modificada, tenéis que publicarla en
nuestra comunidad, como parte de nuestra comunidad, como parte del mundo
libre.
Así que, de hecho, hay muchos modos de que la gente se beneficie de nuestro
trabajo sin contribuir, como el hecho de que no tenga que escribir ningún
software. Mucha gente usa GNU/Linux y no escribe nada de software. No hay
obligación de que tengas que hacer algo por nosotros. Pero si haces cierto
tipo de cosas, tienes que contribuir. Esto significa que nuestra comunidad no
es un felpudo. Y creo que esto dio a la gente la fuerza para sentir que no
seríamos pisoteados por todo el mundo. Nos alzaremos por esta causa.
Pregunta. Teniendo en cuenta el software libre sin copyleft,
dado que cualquiera puede pillarlo y hacerlo propietario, ¿no es posible que
alguien lo pille, haga algunos cambios y lance todo bajo la GPL?
Stallman. Sí, es posible.
Pregunta. Entonces eso convertiría todas las
copias futuras en GPL.
Stallman. A partir de esa rama. Esto es una de las
razones por lo que no lo hacemos. Me voy a explicar. Podríamos, si
quisiéramos, coger el X Window y hacer una copia protegida por la GPL y hacer
cambios en ella. Pero hay todavía un grupo más grande de gente trabajando en
mejorar X Window sin la GPL. Así que, si hiciéramos eso, nos estaríamos
aprovechando de ellos. Y eso no es una forma muy amable de
tratarlos. Ellos son parte de nuestra comunidad, contribuyen a nuestra
comunidad.
En segundo lugar, sería tirar piedras contra nuestro propio tejado, porque
ellos están trabajando mucho más en X de lo que nosotros lo haríamos. Así que
nuestra versión sería inferior a la suya y la gente no la usaría, lo cual
significa, ¿para qué tomarse tanto trabajo?
Así que cuando alguien escribe una mejora de X Window, lo que digo es que esa
persona debería cooperar con el equipo de desarrollo de X. Enviársela y
dejar que la usen a su manera, porque están desarrollando un elemento muy
importante de software libre. Es beneficioso para nosotros que cooperemos con
ellos.
Pregunta. Excepto, teniendo en cuenta X, en concreto... hace
unos dos años el Consorcio X estaba muy metido en el movimiento open
source...
Stallman. Bueno, en realidad no era open source.
Quizás dijeron que lo era. No recuerdo si lo dijeron o no. Pero no era
open source. Era restringido. No podías distribuirlo comercialmente,
creo. O no podías distribuir comercialmente una versión modificada, o algo
así. Existía una restricción considerada inaceptable tanto por el movimiento
de software libre como por el movimiento del open source.
Y sí, a eso es a lo que te expones cuando usas una licencia que no es
copyleft. En realidad, el Consorcio X tenía una política muy rígida. Dicen:
«Si tu programa tiene copyleft, aunque sea una parte muy pequeña, no lo
distribuiremos en absoluto». No lo pondremos en nuestra distribución. Así que
mucha gente recibió presiones en este sentido para que no utilizara copyleft.
Y el resultado fue que más tarde todo su software fue abierto, completamente.
La misma gente que había presionado a los desarrolladores para que fueran muy
permisivos, más tarde decían: «Vale, ahora podemos poner restricciones», lo
cual no era muy ético por su parte.
Pero, dada la situación, ¿de verdad queremos reunir a duras penas los recursos
necesarios para mantener una versión de X alternativa y protegida por la GPL?
No tendría ningún sentido. Hay otras muchas cosas que necesitamos hacer.
Hagamos esas en su lugar. Podemos cooperar con los desarrolladores de X.
Pregunta. ¿Podrías decirnos si GNU es una marca registrada?
¿Y si es práctico incluir como parte de la GNU GPL la autorización de marcas?
Stallman. En realidad, estamos solicitando un registro de
marca para GNU. Pero realmente no tiene nada que ver con eso. Es una historia
muy larga de explicar.
Pregunta. Podríais obligar a que la marca apareciera en los
programas protegidos por la GPL.
Stallman. No, no lo creo. Las licencias protegen programas
individuales. Y cuando un programa dado es parte del proyecto GNU, nadie
miente al respecto. El nombre del sistema como un todo es un asunto diferente.
Y esto es un tema aparte. No merece la pena discutir más sobre ello.
Pregunta. Si pudieras apretar un botón para
obligar a todas las empresas a hacer libre su software, ¿lo harías?
Stallman. Bueno, sólo lo usaría con el software publicado.
Creo que la gente tiene derecho de escribir un programa privado y usarlo. Y
eso incluye a las empresas. Esto es un asunto de privacidad. Y es cierto,
puede haber ocasiones en que esto puede ser incorrecto, como en el caso de que
sea tremendamente útil para la humanidad y se lo estés ocultando. Está mal
pero es un tipo de mal diferente. Es un asunto diferente, aunque se encuentre
en el mismo ámbito.
Pero sí, pienso que todo el software publicado debería ser software libre. Y
recordad, cuando no es software libre, se debe a la intervención
gubernamental. El gobierno está interviniendo para hacerlo no libre. El
gobierno está creando poderes legales especiales para hacer concesiones a los
propietarios de programas, de modo que puedan tener a la policía impidiendo
que usemos los programas de cierta forma. Así que ciertamente me gustaría
acabar con eso.
Ed Schonberg. La exposición de Richard ha generado una
cantidad enorme de energía intelectual. Me gustaría recomendar que parte de
ella se utilizara para usar, y posiblemente escribir, software libre.
Deberíamos cortar pronto el debate. Quiero decir que Richard ha inyectado en
una profesión, que es conocida entre el público general por su terminal
ineptitud política, un nivel de debate político y moral que, creo, no tiene
precedentes en nuestra profesión. Le debemos mucho por ello. [Aplausos del
público].
Procesador de Datos Programados modelo 10, un servidor usado
por muchas investigaciones punteras y organizaciones gubernamentales durante
la década de 1970.
Se refiere
al fallo «Y2K»: muchos programas viejos guardaban el año con dos dígitos, por
eso no estaba claro si la fecha «00» era 2000 o 1900. Se gastaron millones de
dólares para reparar este fallo en miles de sistemas informáticos antes del
año 2000.
National Public Radio es una
organización privada sin ánimo de lucro que tiene, a la fecha de esta
conferencia, 620 estaciones de radio que emiten noticias y música a diario.
El «gran premio» al que se
refiere es el MacArthur Fellowship, también conocido por algunos como la
«beca de los genios». Es una beca de cinco años otorgada a individuos que
muestran un mérito excepcional y prometen un trabajo creativo continuo y en
ascenso.