Disponiendo de la GPL y de poderosas herramientas informáticas libres llegamos a los años noventa, con un sistema operativo GNU ya casi completo. Faltaba el kernel o núcleo de sistema, una pieza fundamental y muy compleja que se iba retrasando más de lo debido por la enorme dificultad de la empresa y por la escasez de voluntarios que trabajasen en ello (hay que recordar que la mayor parte de los hackers han escrito su código en ratos libres).
Por aquel entonces, por su cuenta y riesgo y sin ninguna relación con la FSF, un estudiante finlandés llamado Linus Torvalds decide ponerse a escribir un kernel que pueda funcionar y sacar todo el partido de la arquitectura de 32 bits de los nuevos procesadores i386. Cuenta con las herramientas GNU para hacerlo, y con un desarrollo UNIX para los PC de 16 bits de entonces (minix). Por primera vez hay máquinas disponibles a nivel personal y a precio asequible capaces de trabajar con un sistema multitarea. Linus decide entonces hacer un llamamiento a través de las news para quien quiera ayudarle en el desarrollo. A los pocos meses (1992), son unos cientos de entusiastas hackers de todo el mundo, coordinados a través del correo electrónico y de las news y sin ningún interés económico, los que consiguen el milagro. A un ritmo frenético y en medio de un caos aparente, van dejando versiones en los repositorios FTP de Internet para que la gente las pruebe, las estudie o las mejore. Linus pone el desarrollo del kernel bajo la GPL y el proyecto GNU se pone a trabajar para integrar el nuevo kernel con el resto del sistema. Desde entonces la historia es bien conocida: a principios del año 2000 son probablemente más de mil hackers los que dan soporte al kernel y se calculan veinte millones de usuarios del conjunto GNU/Linux. En suma, disponemos libre y gratuitamente de un sistema operativo completo, potentísimo y fiable como el que más, que doblega a las grandes firmas y desafía a muy corto plazo al ubicuo imperio de las con miles de programas en constante evolución (la última distribución GNU/Linux del Proyecto Debian10 recopila más de 4500 paquetes de código libre).
Si bien es el más conocido, el núcleo Linux no es el único ejemplo del increíble éxito del software libre: por ejemplo, el 62% de los servidores web de Internet (equivalente a diez millones de sitios web, según el último estudio de Netcraft,11 correspondiente a junio del 2000) se basa en un software libre llamado Apache, o en alguna versión modificada del mismo. Apache lo desarrollaron en un tiempo record un grupo de webmasters y ha minimizado el uso de los servidores propietarios de Microsoft y Netscape (en el mismo estudio de Netcraft aparece en segundo lugar, muy lejos de Apache, el IIS de Microsoft con un 20,36% de los servidores web y tercero Netscape-Enterprise con solo un 6,74%). Muchas otras utilidades y aplicaciones basadas en software libre operan en servidores de todo el mundo y, de modo silencioso y transparente para el usuario de a pie, garantizan el funcionamiento cotidiano de Internet y de otras muchas redes y sistemas informáticos, libres de los virus y agujeros de seguridad que periódicamente atormentan a los inseguros sistemas basados en Windows. Disponer del código fuente permite localizar errores y corregirlos, e incluso detectar la existencia de código malicioso (virus, puertas traseras, troyanos) que las empresas y grupos de poder pueden eventualmente introducir en los programas y sistemas operativos cerrados como forma de control y de asalto a la privacidad.12
El responsable de esta revuelta antipropietaria (``Linux es subversivo'': así empieza ``La catedral y el bazar'') no es Linus Torvalds ni Richard Stallman ni la FSF, ni universidad, gobierno o institución alguna, ni menos aún las empresas que ahora cotizan en el Nasdaq con ``Linux'' como bandera. El responsable de todo esto es la propia comunidad de usuarios del sistema. En el caso de Linus Torvalds, su mayor mérito y por lo que debe ser reconocido sin discusión no es por el kernel Linux, por extraordinario que sea este, sino por el ``modelo bazar'', la genial intuición de ingeniero que tuvo para ponerlo a tope de vueltas en el momento justo (sin la explosión de Internet y de los ordenadores personales no habría sido posible). Linus ha llevado probablemente hasta sus límites el modelo bazar y lo ha exprimido al máximo, aunque justo es decir que para nada lo inventó pues desde siempre formaba parte de algunos entornos UNIX y de la práctica de determinadas comunidades científicas y académicas (como Bell Labs, el MIT AI Lab o la Universidad de California en Berkeley), que lo aplicaron y obtuvieron éxitos legendarios: pero nadie antes que Linus lo había lanzado a escala planetaria, fuera del ámbito científico y con ese formidable grado de intensidad y productividad. Se puede afirmar sin temor a exagerar que el sistema operativo libre GNU/Linux es la obra más importante que hasta ahora ha producido Internet.