Mucha gente cree que el espíritu del proyecto GNU consiste en que no se debe
poner precio a la distribución de copias de software, o que se debe cobrar lo
menos posible —lo suficiente para cubrir costes.
En realidad, nosotros defendemos que quienes redistribuyen software
libre cobren cuanto quieran o cuanto puedan. Si esto te sorprende, sigue
leyendo, por favor.
La palabra «libre» admite dos significados generales; se puede referir
tanto a la libertad como al precio. Cuando hablamos de «software libre» nos
referimos a la libertad y no al precio. En concreto, esto significa que un
usuario es libre de instalar un programa, cambiarlo y redistribuirlo con o sin
cambios.
Algunas veces los programas libres se distribuyen gratis y otras a
cambio de un precio cuantioso. A menudo un mismo programa está disponible de
ambas formas en diferentes lugares. El programa es libre sin que importe su
precio, porque los usuarios lo pueden utilizar libremente.
Los programas que no son libres se venden frecuentemente a precios
altos, pero a veces una tienda te ofrece una copia sin cobrarte. No obstante,
eso no lo convierte en software libre. Con o sin precio, el programa no es
libre porque los usuarios no tienen libertad.
Dado que el software libre no es una cuestión de precio, un precio
bajo no resulta más libre, ni más próximo a lo libre. De modo que si
redistribuyes copias de software libre, también puedes fijar un precio
cuantioso para hacer algo de dinero. Redistribuir software es una actividad
buena y legítima; si lo haces, también puedes sacar una ganancia por ello.
El software libre es un proyecto comunitario y cualquiera que lo
integre debería buscar formas de contribuir a la construcción de la comunidad.
La manera de conseguir esto, para un distribuidor, consiste en donar una parte
de los beneficios a la Free Software Foundation o a cualquier otro
proyecto que desarrolle el software libre. Financiando el desarrollo harás
avanzar el mundo del software libre.
¡Distribuir software libre es una oportunidad de obtener medios para
el desarrollo! ¡No la pierdas!
Para aportar fondos, necesitas tener alguna ganancia. Si fijas precios
demasiado bajos, no te quedará nada para apoyar el desarrollo del software
libre.
¿Puede perjudicar un precio de distribución más alto a algunos
usuarios?
A la gente a veces le preocupa que un alto precio de distribución ponga al
software libre fuera del alcance de usuarios sin mucho dinero. Con el software
propietario, un precio alto provoca exactamente esto —pero el software libre
es diferente.
La diferencia es que el software libre tiende a difundirse de forma
natural y hay muchas formas de obtenerlo.
Los monopolistas del ámbito del software intentan como locos que no
instales un programa propietario sin pagar el precio de mercado. Si dicho
precio es alto, hará difícil que muchos usuarios utilicen ese programa.
Con el software libre, los usuarios no tienen que pagar un precio de
distribución para utilizar software. Pueden copiar el programa de un amigo que
tenga una copia o con la ayuda de un amigo que tenga acceso a la red. O se
pueden juntar varios usuarios, pagar a escote un CD ROM e instalarse el
software por turnos, que el CD ROM tenga un precio alto no supone un gran
impedimento cuando el software es libre.
¿Puede desalentar un precio de distribución más alto el uso de
software libre?
Otro motivo de preocupación común está relacionado con la popularidad del
software libre. La gente piensa que los precios de distribución altos podrían
reducir el número de usuarios, o que los precios bajos pueden alentarlo.
Esto resulta cierto para el software propietario —pero el software
libre es distinto. Con tantas maneras de conseguir copias, el precio del
servicio de distribución tiene menos efecto en su popularidad.
A largo plazo, la cantidad de gente que use software libre depende
principalmente de cuanto puede hacer con el software libre y de lo fácil que
sea su manejo. Muchos usuarios seguirán utilizando software propietario si el
software libre no puede hacer todos los trabajos que ellos desean. Así, si
queremos incrementar el número de usuarios a largo plazo, deberemos sobre todo
desarrollar más software libre.
La vía más directa para hacer esto es escribir por tu cuenta el
software libre y los manuales necesarios. Pero si te dedicas a la distribución
antes que a la programación, el mejor modo de ayudar es conseguir fondos para
que otros lo escriban.
La expresión «vender software» también puede ser confusa
Rigurosamente «vender» significa intercambiar bienes por dinero. Vender una
copia de un programa libre es legítimo y nosotros lo alentamos.
De todos modos, cuando la gente piensa acerca de «vender software»,
normalmente imagina que se hace del mismo modo que la mayoría de las empresas:
produciendo software propietario mejor que software libre.
Por lo tanto, a menos que se establezcan las distinciones con cuidado,
como se hace en este artículo, aconsejamos que se evite la expresión «vender
software» y que se elija otra fórmula en su lugar. Por ejemplo, se podría
decir «distribuir software libre por un precio» —una fórmula no ambigua.
Excepto en un caso especial, la licencia GPL (General Public License) de GNU
no establece requisitos sobre cuánto puedes cobrar por distribuir una copia de
software libre. Puedes no cobrar nada, un penique, un dólar o un billón de
dólares. Depende de ti y del mercado, así que no te nos quejes si nadie quiere
pagar un billón de dólares por una copia.
La única excepción se da en el caso de que los binarios se distribuyan
sin su código fuente completo. A los que hacen esto, la GNU GPL les obliga a
proporcionar en lo sucesivo el código fuente. Sin un límite
en el precio para el código fuente, serían capaces de fijar una cantidad
demasiado grande como para que alguien la pague —como un billón de dólares,
por ejemplo— y de este modo fingir que el código fuente se está publicando,
cuando en realidad se está ocultando. Por lo tanto en este caso tenemos que
limitar el precio de la fuente para asegurar la libertad del usuario. En
situaciones normales, de todos modos, no existe tal justificación para limitar
los precios de distribución, así que no los limitamos.
A veces las compañías cuyas actividades traspasan la línea de lo que
la GNU GPL permite, suplican un permiso y dicen «no cobraremos por el software
GNU», o algo parecido. Así no llegan a ninguna parte. El software libre tiene
que ver con la libertad y reforzar la GPL es defender la libertad. Al defender
la libertad de los usuarios, no nos distraen cuestiones secundarias como
cuánto se cobra por una distribución. La libertad es la cuestión, toda la
cuestión y la única cuestión.