A mis hijos Alberto y Daniel:
Que mi única patria, la Red,
Sea también la vuestra
Cuando nacemos, cuando entramos en este mundo,
es como si firmásemos un pacto para toda la vida,
pero puede que un día tengamos que preguntarnos
quién ha firmado esto por mí,
yo me lo he preguntado y la respuesta es este papel.
J
OSÉ S
ARAMAGO, «Ensayo sobre la lucidez»