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Capítulo 5 ¿Qué encierra un nombre?1

Los nombres transmiten significados; nuestra elección de los nombres determina el significado de lo que expresamos. Un nombre inadecuado dará a la gente una idea equivocada. Una rosa, llámese como se llame, destilaría el mismo olor, pero si la llamamos «lápiz», la gente podría sentirse decepcionada al intentar escribir con ella. Y si llamamos «rosas» a los lápices, la gente no entendería para qué sirven. Si llamamos «Linux» a nuestro sistema operativo, esto conduce a una idea equivocada sobre el origen del sistema, su historia y su propósito. Si lo llamamos «GNU/Linux», esto conduce —aunque no en detalle— a una idea precisa.

Pero ¿importa esto en nuestra comunidad? ¿Es importante que la gente conozca el origen del sistema, su historia y su propósito? Sí, porque quienes olvidan la historia están condenados a repetirla. El Mundo Libre que se ha desarrollado en torno a GNU/Linux no es un lugar seguro; los problemas que nos llevaron a crear GNU no han sido completamente erradicados y amenazan con volver.

Cuando explico por qué es apropiado llamar al sistema operativo «GNU/Linux» en vez de «Linux», la gente en ocasiones responde de esta manera:


Aunque es indudable que el proyecto GNU merece el reconocimiento por esta labor, ¿merece la pena protestar si no existe tal reconocimiento? ¿No es lo importante que el trabajo se hizo, y no quién lo hizo? Usted debería relajarse, sentirse orgulloso de la labor realizada y no preocuparse por el reconocimiento.
Este podría ser un sabio consejo si esa fuera la situación —si el trabajo estuviera terminado y fuera tiempo de descansar. ¡Si tan solo eso fuera cierto! Pero los desafíos abundan y no es el momento para suponer que el futuro está garantizado. La fuerza de nuestra comunidad descansa sobre un compromiso con la libertad y la cooperación. Usar el nombre de GNU/Linux es una forma de que la gente lo recuerde e informe a los demás de nuestros objetivos.

Es posible escribir buen software libre sin pensar en GNU; muchos buenos programas se desarrollaron en nombre de Linux. Pero «Linux» se ha asociado, desde que fuera acuñado, con una filosofía que no se compromete con la libertad para cooperar. Como el nombre se emplea cada vez más en el mundo de las empresas, resultará incluso más difícil asociarlo con el espíritu comunitario.

Un gran reto para el futuro del software libre es la tendencia de las empresas de distribución de Linux a agregar software no libre a GNU/Linux en nombre de la conveniencia y la potencia. La mayor parte de los desarrolladores de distribución comercial hacen esto; ninguno produce una distribución completamente libre. Muchos de ellos no identifican claramente los paquetes no libres de sus distribuciones. Muchos, incluso, desarrollan software no libre y lo añaden al sistema. Algunos se atreven a anunciar, de forma injuriosa, sistemas «Linux», «licenciado por puesto», lo que proporciona tanta libertad como el Windows de Microsoft.

Se justifica la inclusión de software no libre en nombre de la «popularidad de Linux» —en efecto, valoran más la popularidad que la libertad. Algunas veces se admite abiertamente. Por ejemplo, en Wired Magazine, Robert McMillan, editor de Linux Magazine, afirma que «el movimiento por el software de código abierto debería impulsarse sobre la base de decisiones técnicas, no políticas». Y el presidente de Caldera animó públicamente a los usuarios a abandonar el objetivo de la libertad y trabajar en cambio por la «popularidad de Linux».

Incluir software no libre en el sistema GNU/Linux puede aumentar su popularidad, si por popularidad entendemos el número de personas que usan GNU/Linux en combinación con software no libre. Pero al mismo tiempo se está animando implícitamente a la comunidad a aceptar el software no libre como algo positivo, y a olvidar el objetivo de la libertad. De nada sirve caminar más rápido si nos apartamos del camino.

Cuando la «adición» no libre es una biblioteca o una herramienta de programación, esto puede acabar siendo una trampa para los desarrolladores de software libre. Cuando escriben un programa que depende de un paquete no libre, su software no podrá formar parte de un sistema totalmente libre.2

Si nuestra comunidad sigue en esta dirección, el futuro de GNU/Linux será un mosaico de componentes libres y no libres. En el plazo de cinco años, todavía nos quedará mucho software libre, pero si nos descuidamos acabaremos por necesitar la presencia de software no libre que los usuarios esperan encontrar al lado del software libre. Si esto sucede, nuestra campaña por la libertad habrá fracasado.

Si publicar alternativas libres se redujera a una mera cuestión de programación, resolver los futuros problemas podría ser cada vez más fácil a medida que aumentaran los recursos destinados al desarrollo en nuestra comunidad. Pero algunos obstáculos amenazan con complicar las cosas: las leyes que prohíben el software libre. A medida que van acumulándose las patentes de software y que leyes como la DMCA3 se aplican para prohibir el desarrollo de software libre para actividades importantes como ver un DVD o escuchar Real Audio, nos encontraremos desarmados para luchar contra los formatos de datos secretos o patentados, como no sea renunciando a los programas no libres que los usen.

Afrontar estos retos requerirá distintas clases de esfuerzo. Pero lo que necesitamos por encima de todo para confrontar cualquier desafío es recordar el objetivo de la libertad para cooperar. No podemos esperar que el mero deseo de un software potente y fiable incite a la gente a emprender grandes esfuerzos. Necesitamos la clase de determinación que la gente tiene cuando lucha por su libertad y su comunidad, determinación para seguir adelante durante años sin rendirse.

En nuestra comunidad, este principio y esta determinación emanan principalmente del proyecto GNU. Somos quienes hablamos de libertad y comunidad como algo por lo que mantenerse firmes; las organizaciones que hablan de «Linux» normalmente no aluden a esto. Las revistas sobre «Linux» suelen estar llenas de anuncios de software no libre; las empresas que empaquetan «Linux» añaden software no libre al sistema; otras «soportan Linux» con aplicaciones no libres; los grupos de usuarios de «Linux» invitan a los vendedores para presentar esas aplicaciones. El principal espacio en el que la gente de nuestra comunidad se puede aproximar más a la idea de libertad y de determinación está en el proyecto GNU.

Sin embargo, ¿cuando la gente se topa con el proyecto GNU, se siente identificada con el proyecto?

Los usuarios que son conscientes de estar utilizando un sistema originado en el proyecto GNU pueden ver una relación directa entre ellos mismos y GNU. No estarán automáticamente de acuerdo con nuestra filosofía, pero al menos tendrán una razón para pensar seriamente sobre ello. Por el contrario, quienes se consideran «usuarios de Linux» y crean que el proyecto GNU «desarrolla herramientas útiles y compatibles con Linux», perciben por lo general una relación indirecta entre GNU y ellos. Cuando entren en contacto con ella, se limitarán a ignorar la filosofía de GNU.

El proyecto GNU es idealista y cualquiera que hoy promueva el idealismo se enfrenta a un gran obstáculo: la ideología dominante anima a la gente a descartar el idealismo por ser «poco práctico». Nuestro idealismo ha sido extremadamente práctico: es la razón de que existe un sistema operativo GNU/Linux libre. La gente que disfruta de este sistema debería saber que se trata de nuestro idealismo hecho realidad.

Si el «trabajo» estuviera terminado, si no hubiera nada en juego salvo el reconocimiento, quizás sería más sabio abandonar el tema. Pero no estamos en este punto. Para inspirar a la gente a seguir trabajando, debemos obtener reconocimiento por lo que se ya ha hecho. Por favor ayúdanos llamando al sistema operativo GNU/Linux por su nombre.


1
Escrito originalmente en 2000.
2
En este sentido, las bibliotecas Motif y Qt GUI entramparon enormemente al software libre en el pasado, creando problemas cuya solución llevó años. El problema de Qt está solucionado porque Qt es ahora libre; el problema de Motif no está todavía completamente resuelto, ya que su sustituto, Less Tif, necesita algo más de pulido —¡por favor voluntarios! La implementación Java no libre de Sun y las bibliotecas estándar de Java están causando ya problemas similares, reemplazarlas con software libre es uno de los mayores esfuerzos de GNU ahora.
3
La Digital Millenium Copyright Act de 1998 trataba de actualizar la ley de copyright de EE.UU.; las cuestiones incluidas en la DCMA son provisiones que tienen que ver con una estratagema para la protección de los sistemas de copyright, el uso razonable y las obligaciones de los proveedores de servicios on line. Para más detalles sobre la DCMA véase el capítulo 12.

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