Versión para imprimir (PDF, 72KB)

sinDominio.net: una apuesta por la inteligencia colectiva

Miquel Vidal
Octubre de 1999

Esta ponencia, discutida y asumida por la entonces recién nacida Asamblea de sinDominio, fue presentada en el Segundo Congreso de Hispalinux, celebrado en Leganes (Madrid) en otoño de 1999. Lamentablemente, la ponencia no fue aceptada, probablemente porque por aquel entonces no solían aceptarse ponencias que no tuviesen carácter exclusivamente técnico. Sin embargo, al año siguiente, reelaborada por completo con más tiempo y un enfoque más adecuado al perfil del Congreso, se presentó de nuevo en compañía de Joseba Torre y logró ser aceptada.


La humanidad no ha producido nunca tanta riqueza y, sin embargo, no ha vivido nunca de modo tan miserable y bajo tanto sufrimiento. Nunca como hoy se ha hecho evidente la necesidad de liberar las potencialidades sociales y tecnológicas del paradigma epistémico-práctico de la economía capitalista.

Franco Berardi, Bifo

Esta afirmación que a algunos nos parece tan obvia, parece que cuesta asumirla. El mundo occidental en su totalidad ha alcanzado y ha superado el punto de maduración del desarrollo industrial y se encuentra de lleno en medio de una transformación posindustrial que no se acaba de comprender ni mucho menos se acierta a gestionar.

Mientras la demencia senil se ha apoderado definitivamente de la inteligencia capitalista -enloquecida en su defensa de la propiedad intelectual, empeñada en el control social e interesada únicamente en el marketing y en la obtención de beneficios- los políticos no han esbozado ni por asomo una redefinición de la política, de la función pública, de la democracia o del espacio urbano que contemple la utilización real de las nuevas tecnologías. Sencillamente porque no tienen la menor idea de qué se está hablando. Sólo las técnicas para trazar, monitorizar y controlar hasta el más mínimo movimiento de cada ciudadano parecen interesarles.

Por su parte, la gente de la izquierda tradicional y aún la que se mueve en espacios políticos alternativos o antagonistas en el Estado español no ha sido una excepción y no se libra del pasmo que la enorme potencia de la inteligencia técnico-científica ha provocado y que permite plantearse, por ejemplo, la eliminación tendencial del trabajo. Y se da el caso de que este extraordinario logro de la inteligencia colectiva es interpretado a menudo como una amenaza: atrincherados demasiado tiempo en un discurso tecnófobo que a duras penas conseguía disimular su total incomprensión de las mutaciones que se estaban produciendo, apenas nada se ha aportado desde los espacios tradicionales de la izquierda, más allá del inútil lamento por los puestos de trabajo definitivamente perdidos.

Por su parte, quienes promovían dentro de las redes telemáticas usos críticos, libertarios, alternativos o antagonistas de las nuevas tecnologías desconfiaban o no encontraban la manera de vincularse a prácticas políticas equivalentes pero externas a la red, adoptando a menudo posiciones ingenuamente apolíticas, que facilitaban la introducción en el ciberespacio de las ideas más brutalmente neoliberales del capitalismo de fin de siglo. Incluso cuando había personas participando en ambas cosas, parecía que la telemática era cosa de gente individualista, "enganchada", que se terminaba aislando de los problemas del "mundo real". Los hackers, por su parte, respondían a este desprecio con una prevención y un distanciamiento hacia todo planteamiento abiertamente político venido de fuera de la red.

Esto ha impedido que surgiesen proyectos telemáticos antagonistas, al menos en el Estado español. No es así en otros lugares. En Italia, hace muchos años que el movimiento antagonista (radios libres, centros sociales okupados, colectivos de base, grupos de gays y lesbianas, internacionalistas, antinucleares, editoriales y proyectos autogestionados de todo tipo) cuentan con varios proyectos telemáticos sostenidos por el propio movimiento. La ECN es el más conocido pero no es el único. El ejemplo más notable de esta simbiosis es el hackmeeting -un encuentro de hackers que reúne a cientos de personas-, celebrado anualmente en un centro social okupado italiano. Hay otros casos de movimientos alternativos por los derechos civiles en la red, anticensura, etc., en Canadá, EE.UU. y Alemania cuya formulaciones son abiertamente políticas y tienen repercusiones fuera de la red.

Conectividad

El acceso libre y sin condiciones a Internet era, hasta hace poco, la principal demanda de quienes, desde posiciones de izquierda, trabajaban para que Internet no acabara siendo recuperada y convertida en un espacio al servicio exclusivo de los negocios, del control político y de la valorización capitalista. Pero, paradójicamente, ha sido el propio desarrollo del capital quien, a través de sus corporaciones y de todo el arsenal ideológico y técnico del neoliberalismo, está haciendo efectivo este acceso universal. Bancos, mutinacionales del sector de las telecomunicaciones y demás instituciones del gran capital ofrecen conectividad, cuentas de correo y espacios web gratuitos. Bien es cierto que en una buena parte del (tercer) mundo no hay siquiera infraestructura telefónica que permita conectarse. Pero, a pesar de ello, Internet se ha convertido en el paradigma de la globalización capitalista, y el neoliberalismo ya ha dictado su ley: "acceso para toda la humanidad".

Mientras tanto, esa proliferación de flujos comunicativos no ha favorecido los usos horizontales, descentralizados, no autoritarios y no comerciales del ciberespacio. Más bien al contrario, ha ido dispersando en infinidad de servidores de todo tipo a la gente que se va animando a hacer un uso político de la red. Cada vez más aislados y sin casi ninguna incidencia en áreas cruciales como son la producción de contenidos y de relaciones, la capacitación técnica y la circulación del conocimiento, vemos cómo ni siquiera los colectivos de contrainformación disponen de una política mínimamente orientada a construir una estructura de comunicaciones autónoma, esto es, a montar servidores autoorganizados. Desde luego, la excepción son las ONG, que están absolutamente volcadas en conectar sus burocracias y practican un uso de la red intensivo, agrupado y eficaz a nivel mundial. Pero estas se han limitado a traducir sus prácticas burocráticas a la red, dando cobertura a sus asociados y potenciando sus proyectos hacia los países periféricos. En definitiva, hacen un uso instrumental de la red, no muy diferente al que hacen la mayoría de empresas, y que, si bien es útil a sus políticas, poco o nada aportan a la construcción del ciberespacio.

Entre estos servidores telemáticos sin ánimo de lucro, se encuentra la red española IPANEX (formado por Pangea, Nodo50, Eusnet y Xarxaneta), la cual ofrece conexión a Internet a personas, colectivos y organizaciones que pertenecen a la izquierda política y social, especialmente en el ámbito de las ONGs, a fin de que puedan publicar sus informaciones sin depender de redes institucionales o comerciales. Pero, lamentablemente, la visión instrumental que estos servidores tienen de Internet ha propiciado que sus esfuerzos se vuelquen básicamente en ofrecer conexión y servicios basados en relaciones clientelares, y que su apoyo a la gratuidad de las conexiones o a la promoción del software libre sea más bien tibia, e incluso nula en la mayoría de los casos.

Cómo surgió el proyecto SinDominio

En el transcurso de unas jornadas sobre centros sociales okupados que se realizaron en el CSOA el Laboratorio durante septiembre de 1998, gentes de Madrid y Barcelona pertenecientes a diferentes proyectos contrainformativos y/ o telemáticos reflexionamos sobre algunas de estas cuestiones. Así fue como surgió el proyecto SinDominio y como fue tomando cuerpo la idea de un servidor autogestionado en Internet como la mejor manera de mitigar la dispersión, de agrupar y dar visibilidad a las diversas y multiformes realidades antagonistas, de propiciar la circulación de conocimientos técnicos entre gente que lleva a cabo prácticas políticas, y de experimentar en la producción de realidades virtuales, que no por virtuales dejan de ser reales. Así, colectivos, centros sociales, casas okupadas, agencias de contrainformación, fanzines, revistas y publicaciones varias, radios libres, proyectos editoriales y musicales - distribuidoras, librerías, archivos y centros de documentación- y demás cooperativas vinculadas a proyectos autogestionados iniciamos una cooperación que ha hecho posible materializar el proyecto.

Creemos que el ciberespacio tiene una potencialidad que va más allá de la posibilidad de colgar contenidos más o menos alternativos o críticos. Nos da la posibilidad de una comunicación horizontal y de la interconexión de redes, de proyectos, de luchas, de deseos y realidades. No vemos en Internet sólo un instrumento que permite difundir ideas silenciadas por otros medios, sino que creemos en la posibilidad de desarrollar en la red prácticas políticas que hasta ahora no eran posibles más que a nivel local y de manera precaria. El ciberespacio es una particular relacion entre las personas, una relación que ha construido un "espacio" efectivo, inmaterial, en el que un verdadero movimiento social se desarrolla al margen de las multinacionales y de los Estados, sobre una base de funcionamiento cooperativo.

El conocimiento y uso del software libre

La teoría económica internacional es obsoleta. Los factores tradicionales de producción -tierra, trabajo y capital- se están convirtiendo más en limitaciones que en fuerzas motrices. El conocimiento está convirtiéndose en el único factor crítico de la producción. Éste conoce dos encarnaciones: el conocimiento aplicado a los procesos existentes y a la productividad, y el conocimiento aplicado a lo nuevo y a la innovación[...].El conocimiento se ha convertido en el recurso clave que no conoce geografía alguna.

Paul Drucker, en Wired

El sistema de propiedad de los productos del trabajo intelectual ya no funciona en la época en que se puede reproducir sin dificultad cualquier información producida. Debemos repensar la totalidad del concepto de propiedad intelectual, que hasta ahora se había concentrado en la palabra escrita. Pronto la distinción entre transmisión electrónica y palabra escrita habrá desaparecido. El software libre es la mejor expresión de todo esto. SinDominio, en permanente construcción, se desarrolla absolutamente sobre software libre. Consideramos que el proyecto GNU/Linux es una potentísima línea de fuga que se zafa del mando capitalista en un terreno tan estratégico como es el de la propiedad. El concepto de propiedad, es decir, el concepto jurídico fundamental de la economía clásica y del sistema capitalista, ya no tiene ningún significado en la época en la que las mercancías que circulan son informaciones y en la que el mercado se ha convertido en infoesfera.

Desde SinDominio vemos GNU/Linux como una creación de la inteligencia colectiva, puro general intellect o puesta en marcha de un saber social cooperativo que "quiere ser libre" y, por tanto, no se deja apropiar. Asi pues, es natural que cuando otros proyectos de acción política autogestionados asumen la tarea de capacitarse técnicamente en el uso eficaz de las nuevas tecnologías comunicativas, encuentren en el software libre el espacio idóneo para la libre circulación del saber.

Lo que SinDominio presupone

El proyecto SinDominio se abre como un espacio de experimentación de algunas hipótesis, cuyo desarrollo excede el objeto de esta ponencia, que podemos resumir en: la existencia de una intelectualidad colectiva, la posibilidad de sustraerse al mando, el origen social y no exclusivamente militar de las nuevas tecnologías, la productividad del trabajo inmaterial, la existencia real de un lugar que llamamos el ciberespacio y la posibilidad de construir autonomía en él. Los ciberderechos, la lucha contra la censura en la red, la defensa de la privacidad y del uso libre de la criptografía, la crítica a la propiedad intelectual son también ejes constituyentes del proyecto.

Pensamos que la técnica no es en sí misma portadora de intencionalidad determinada alguna. Puede funcionar según intencionalidades distintas y el que se convierta en factor de liberación o de sujeción depende de las opciones políticas que la dirigen, de los paradigmas culturales dentro de los que se organiza, de la arquitectura cognitiva y de la interfaz que hacen posible su uso y su implementación. Si queremos que el ciberespacio no sea exclusivamente un espacio para el control o para el mercado deberemos trabajar en ese sentido con la gente que apuesta por ello desde hace tiempo, como es la comunidad del software libre.

La experimentación, la reflexión activa y práctica sobre estas cuestiones, es una de las principales componentes de SinDominio, aunque quizás también sea la componente más difícil de concretar y de transmitir.

¿A quiénes nos dirigimos?

Este proyecto va dirigido tanto a quienes ya tienen presencia en Internet, bien a través de servidores comerciales o bien de servidores non-profit, como a quienes no la tienen y se animarían a participar en un proyecto telemático antagonista. Eso sí, asumiendo una posición activa en la construcción del proyecto, desmitificando la supremacía de los conocimientos técnicos, evitando la reproducción de relaciones clientelares, huyendo de las prácticas utilitaristas e instrumentales, y apostando por el uso y la difusión del software libre.







volver al índice de la Biblioweb